Mordisco de Carlos Alcaraz al Big Four con un partidazo
Federer, Nadal, Djokovic y Murray no llegaron a octavos en las tres superficies de los major con menos edad que Alcaraz (19 y 57 días), que arrasó a Otte y espera a Sinner.
En su primer partido este año en Wimbledon, el pasado lunes, Carlos Alcaraz parecía perdido en la pista 1, con dificultades para moverse y golpear, y lo pasó muy mal para superar Jan-Lennard Struff en cinco sets. Cuatro días después, este viernes, en el mismo escenario, jugó como si lo hubiera hecho allí toda la vida para endosarle una soberana paliza (6-3, 6-1 y 6-2 en 98 minutos) a otro alemán, Oscar Otte (28 años y 36º del mundo), que venía de ser semifinalista en Stuttgart y Halle, sobre hierba. Carlitos le ganó a un notable sacador, de mecánica fea, eso sí, siete juegos en blanco, dos de ellos al resto; le hizo seis quiebres y tuvo otras 14 oportunidades de break. Perdió únicamente 14 puntos con su servicio, colocó 37 golpes ganadores (tres aces) y cometió ocho errores no forzados. Una actuación Impecable.
“Este ha sido el mejor partido sobre hierba que he jugado”, sentenció. Y, sin duda, lo fue. “Es duro jugar en esta superficie, porque la temporada es muy corta, pero hacerlo aquí en Wimbledon te da energía. Trato de mejorar cada día. El domingo seré otro jugador”, añadió. Esa es la premisa con la que se entrena y compite en el evento más histórico y prestigioso del tenis.
Así se metió por primera vez en su carrera en los octavos de final del torneo, una ronda que ha alcanzado ya en todas las superficies de los Grand Slams (aunque su techo en Australia es todavía la tercera ronda) a los 19 años y 57 días, con más precocidad que los cuatro miembros del Big Four: Djokovic (19 y 7 meses), Federer (20 y 19 días), Nadal (20 y 23 días) y Murray (22 y 10 días). Es el más joven que llega a estas alturas en el major británico desde el australiano Bernard Tomic (18 y 255 días) en 2011. El domingo se enfrentará a Jannik Sinner por un puesto en cuartos. El italiano llega en forma tras vencer al gigante cañonero de 2,08, John Isner (6-4, 7-6 (4) y 6-3 en 2h20).
A placer
“Todo el mundo sabe de su nivel, es un gran jugador, muy agresivo, y se le da bien el césped. Espero disfrutar del partido y que lo disfrute la gente”, dijo Alcaraz, que hizo lo que quiso con Otte, atónito ante el chaparrón de saques, derechas, reveses, dejadas y voleas, y restos directos, que le cayeron sin cesar. En un momento dado, Carlos incluso se permitió el lujo de darle como bueno a su oponente, un punto que había sido invalidado por los jueces. El segundo set fue una barbaridad. El teutón se libró de milagro de un bochornoso rosco. Después de despachar tamaña exhibición, al español, que suma 35 victorias este año, le espera Sinner (20 años y 13º) al que ganó el año pasado en París Bercy y hace tres en el Challenger de Alicante. Y ahora, más que nunca, es el favorito.