Djokovic tiene más libre la autopista hacia la final
El serbio desborda al español Zapata en tres sets y su camino queda aún más despejado tras la inesperada derrota de Tsitsipas, séptimo favorito.
Que Novak Djokovic era el gran favorito para alcanzar la final y jugar, probablemente, contra Carlos Alcaraz, era algo que reconocían incluso sus compañeros de circuito. Y el devenir de lo que va de torneo no ha hecho más que confirmar ese vaticinio. Por el juego del serbio, arrollador, y porque los principales rivales que tenía por su lado del cuadro han caído como moscas en las dos primeras rondas. Djokovic hizo los deberes este miércoles, mal que le pese a un español, Bernabé Zapata, que tras aguantar con bravura más de la mitad del primer set, no pudo evitar después que el expreso de Belgrado le pasara por encima: 6-4, 6-1 y 6-1 en dos horas justas.
Poco antes del final de ese encuentro, Stefanos Tsitsipas, séptimo cabeza de serie y posible rival del balcánico en cuartos, cayó contra el suizo Dominik Stricker (128º) en cinco sets (7-5, 6-7 (2), 6-7 (5), 7-6 (6) y 6-3 en 4h04). El lunes se fueron para casa Holger Rune (4º), Felix Auger-Aliassime (15º), Lorenzo Musetti (18º) y Sebastian Korda (31º). En la tercera jornada también perdieron Francisco Cerúndolo (20º), contra el checo Vesely; Eubanks (28º), ante el francés Bonzi (7-6 (6), 2-6 y 7-6 (7); y, lo más que es más grave, Casper Ruud (5º), finalista en 2022, frente al chino Zhizhen Zhang. Tiafoe (10º) ganó al austriaco Ofner, y Fritz (9º), que barrió a Varillas, son los tenistas más peligrosos que quedan en la parte baja del draw, sin olvidar al citado Vesely, que tiene un récord de 2-0 contra el de Belgrado.
En realidad, todo eso parece importarle muy poco a Djokovic, que al contrario que en otros Grand Slams, ha cogido muy pronto una autopista que cada vez está más libre para él. “Fue un partido complicado, sobre todo en el primer set con esas condiciones, aunque luego con la sombra fue más fácil. Había mucha humedad, supongo que la pista dura absorbe el calor en la superficie. Es igual para los dos jugadores, tienes que aceptarlo y abrazarlo, intentar sacar lo mejor de ello. No empecé muy bien, pero en el segundo y tercer set subí el nivel y estoy muy contento por la manera en la que terminé”, analizó Djokovic con elegancia y respeto hacia un Zapata que nunca había jugado en la Arthur Ashe ni contra el que será de nuevo número uno dentro de dos lunes. En su palco, David Ferrer, capitán español de Copa Davis, le animó sin descanso: “Ten fe”. No era fácil.
Nole sabe que su rendimiento es muy alto tras haber jugado solo dos partidos, aunque cree que tiene margen para superarlo. “En Slams tenemos un día entre partidos, lo cual es bueno y te da tiempo para recuperar y pensar en cosas que mejorar de tu juego. Todavía opino que puedo jugar mejor, pero han sido dos partidos ganados en tres sets y estoy feliz de estar de vuelta en Nueva York. Eso es lo que me da fuerza y motivación, tengo 36 años, 20 de ellos viniendo a esta ciudad, y todavía tengo el hambre y el deseo de jugar mi mejor tenis en esta pista. Todavía lo tengo”, reiteró antes de bromear acerca de un ilusorio enfrentamiento con su yo anterior. “El Novak de hoy en día ganaría al de hace 10 años fácilmente, en tres sets (riéndose). No, la verdad es que no lo sé, no quiero jugar contra mí mismo, pero lo hago en cada partido, en mi cabeza. Si gano esa batalla, también gano el duelo contra mi oponente. Lo mejor que tengo a esta edad es la experiencia y el entender qué necesito hacer en momentos importantes, saber guardar energía y centrarme en lo importante. Quizá hace 10 años tenía más explosividad, pero todavía me muevo bien para ser un tío mayor”.
Próximo rival
El viernes, Djokovic se enfrentará con su compatriota Laslo Djere (32º), a quien ya ganó en su único duelo hasta la fecha, en la segunda ronda de Belgrado el año pasado (2-6, 7-6 (6) y 7-6 (4)). El tenista de Senta se impuso con facilidad al francés Hugo Gastón (6-1, 6-2 y 6-3) y aún no ha perdido un set.