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Tenis | US Open

Djokovic no se rinde

El serbio se sobrepone a unas molestias físicas, se enfada con su equipo y con el público, y supera a Norrie tras perder el segundo set. Le espera Struff.

Novak Djokovic, atendido por el fisio del US Open durante su partido contra Cameron Norrie.
Nacho Albarrán
Nació en Madrid en 1972. Se licenció en Periodismo por la Universidad Complutense. Entró en AS en 1996 para documentar partidos de fútbol y estuvo en Cierre antes de encargarse, durante cinco años, de la delegación de Asturias. Después formó parte del equipo de Ediciones y fue redactor de Baloncesto. Desde 2017 se ocupa del tenis día y noche.
Nueva York Actualizado a

Novak Djokovic es inasequible al desaliento. Siempre lo ha sido y no va a cambiar aunque pasen los años y su cuerpo cada vez le dé más problemas. Este viernes, en el US Open, se sobrepuso a unos problemas en la espalda, por los que fue atendido fuera de la pista, para superar a Cameron Norrie tras perder el segundo set y encajar un break en la salida del tercero. El serbio de 38 primaveras, enfadado con su equipo y con algún espectador (“Shut the fuck up”, calla la puta boca”, le espetó), se las arregló para prevalecer una vez más: 6-4, 6-7 (4), 6-2 y 6-3 en 2h50. “Como dije antes varias veces, mientras tenga esa sensación de que realmente ese nivel todavía está vivo, todavía está presente, siento que quiero seguir adelante. Quiero seguir esforzándome para ver si puedo tener la oportunidad de otro Grand Slam“, avisó.

El domingo, Djokovic se enfrentará en octavos de final Jan-Lennard Struff, que sorprendió al estadounidense Frances Tiafoe, y de mala manera: 6-4, 7-5 y 6-3 en 2h41. El alemán (35 y 144º) ha ganado ya seis partidos en las últimas dos semanas en Nueva York, porque jugó la previa. Su marca contra el balcánico es poco halagüeña (0-7), pero en este momento de la carrera del ganador de 24 Grand Slams, todo es posible. “Rivales, si estáis escuchando y viendo: estoy muy bien, joven como nunca y más fuerte que nunca”, bromeó (o no) en la entrevista postpartido.

Aunque, un poco más tarde y más serio, dijo en ESPN que estaba “preocupado” por su salud. “Más preocupado de lo que he estado nunca”, reiteró. “En términos de cómo me siento, realmente sube y baja, para ser honesto. Sí, es frustrante para mí, honestamente, que no pueda sentirme al 100% siempre como lo he hecho durante más de 20 años. Pero sí, supongo que las circunstancias son bastante diferentes y tengo que acostumbrarme al hecho de que en cada partido hay algo que puede suceder, como ha sido el caso este año en casi todos los Slams”, admitió en rueda de prensa.

Porque Nole sigue siendo Nole, pero ahora le cuesta más imponerse. Solo su deseo por acumular récords y hacer historia le mantiene en pie. En los majors, los tiene todos menos el de más presencias, 80 por las 81 de Roger Federer y Feliciano López. El de clasificaciones para octavos (69) lo comparte desde este viernes con la leyenda suiza, a quien ya supera, con 192, en victorias en Slams sobre pista dura. Es el jugador más mayor que alcanza la cuarta ronda en el major neoyorquino desde Jimmy Connors (38) en 1991. “El desgaste de la carrocería todos estos años está pasando factura, y soy consciente de ello, pero me resisto. Trato de hacer todo lo posible para seguir compitiendo con los jóvenes en el nivel más alto”, señaló

Problemas y más problemas

Djokovic ha pasado los tres primeros escollos del torneo con incidencias en todos ellos. Contra Learner Tien en su estreno, acusó fatiga en el segundo set. Ante Zachary Svajda acabó descontento con su tenis. “No disfruto cuando no juego bien”, admitió. Y frente a Norrie, el cuerpo volvió a avisarle. Sin embargo, el servicio le sacó del apuro: 18 saques directos y un 83% de puntos ganados con primeros, lo que permitió afrontar solo un punto de break en contra, aunque lo perdió. Ese fue el punto de inflexión, en el inicio de la tercera manga, tras haber dejado escapar la segunda en un mal desempate por su parte.

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A Cameron le pesó mucho el cara a cara tan negativo que tenía con el de Belgrado (0-7 ahora) y no supo aprovechar los momentos de zozobra de su rival. Poco a poco se fue apagando a la par que Djokovic aumentaba su presión al resto para hacerse con el triunfo, el 395º suyo en Grand Slams.

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