Rune hace perderse a Djokovic en la tormenta de los líos
El danés se carga al serbio, que llevaba nueve años seguidos llegando a las semifinales en Roma. Hubo de todo: gritos, discusiones, lluvia, problemas físicos...
En el deporte hay varias cosas relativamente sencillas de anticipar: Estados Unidos ganando medalla olímpica en baloncesto, Rafa Nadal dominando en Roland Garros, Tom Brady llegando a playoffs... y que un duelo entre Novak Djokovic y Holger Rune vaya a estar cargado de tensión y polémica. Serbio y danés, dos de la personalidades más fuertes del circuito ATP, se midieron este miércoles en los cuartos de final del Masters 1.000 de Roma. En un encuentro repleto de gritos, discusiones, entradas de fisios e incluso lluvia, el resultado sí que fue algo más complicado de predecir: Rune se llevó el triunfo y el pase a semifinales por 6-2, 4-6, y 6-2 en 2h16. Espera ya al noruego Casper Ruud, verdugo del argentino Francisco Cerúndolo por 7-6(5) y 6-4 en 2h04.
La sorpresa es mayor teniendo en cuenta el historial de Djokovic en Roma, donde no se perdía la penúltima ronda desde 2013 (cayó en cuartos de final ante Berdych). Rune, que ya sabía lo que era ganar al serbio (final de París 2022), salió al encuentro sin amedrentarse lo más mínimo. Así es Holger, un chico de 20 años recién cumplidos con un carácter tan fuerte, para lo bueno y para lo malo, que le hace no temer a nadie. Sus numerosas polémicas en la pista le están haciendo ganarse la etiqueta de bad boy de la nueva generación de tenistas, pero cuando el número siete del mundo se centra en jugar, muestra el talento propio de un elegido para esto. De hecho, con la de hoy ya son seis victorias seguidas del de Gentofte sobre rivales del top-5 (algo que en este siglo sólo lograron Kuerten, Agassi, Djokovic, Nadal y Federer).
Eso hizo Holger de salida: centrarse en el tenis. Con puntos rápidos, sin dejar al número uno de la ATP hacer su juego, Rune rompió en el inicio a Djokovic y, en un abrir y cerrar de ojos, se colocó con 5-1. Era amo y señor del partido. Djokovic, irreconocible, poco podía hacer ante los ramalazos que le llegaban con sello danés. Roland Garros se acerca cada vez más, y el serbio volvió a fundamentar dudas sobre su rendimiento en tierra batida (cinco victorias y tres derrotas en este 2023). En apenas 39 minutos, Rune se llevó el primer parcial, y con la sentencia del set inicial la cordura desapareció del encuentro.
Una tormenta de líos
Todo lo que vino a continuación estuvo envuelto en drama, tensión, polémica, giros de guion... Pasados los tres primeros juegos del segundo set, Djokovic solicitó asistencia médica y se tomó una pastilla, como si estuviese bajo de energías. Tuvo efectos mágicos en él, porque empezó a dominar y a jugar como antes no había sido capaz. Mucho más valiente, Nole encontró una línea tras otra, y de tanto apurar llegó la gran polémica de la tarde: con 40-30 a favor, Rune vio fuera un bote del serbio, paró el punto y reclamó al árbitro Mohamed Lahyani que bajase a verlo. El juez sueco le llevó la contraria a Holger, que perdió el punto y se echó las manos a la cabeza. No supo gestionar la frustración, y dos puntos después concedió su primer break del partido.
Rune perdió los estribos tras esta decisión (que, por cierto, la revisión que ofrece la televisión confirmó que el danés tenía razón), y borró todo lo bueno que había sembrado. “¡Fisio! ¡Lo he pedido tres veces!”, le gritó Holger a Lahyani en el siguiente descanso, replicando la presencia de un fisioterapeuta como antes hiciese Djokovic. “Eres una absoluta broma”, dijo el danés al árbitro. Su entrenador, Patrick Mouratoglou, intentó calmar a su pupilo, pero poco consiguió. “Siempre es el árbitro el que me hace parecer el chico malo”, le espetó un Rune que también pidió la aparición de un supervisor de la ATP, Carlos Sanches, al que le comentó que Lahyani siempre está en su contra. El joven tiró de hemeroteca, y recordó un duelo ante Bublik en Madrid hace unas semanas y la pasada final de Basilea ante Auger-Aliassime como antecedentes con el sueco.
Si antes le pasó a Djokovic, esta vez fue Rune el que salió lanzado tras el parón médico. El serbio sacó para ganar el segundo set, pero Holger logró una rotura que recordó al jugador del inicio de partido. Y, cuando más interesante y picante estaba la cosa... Apareció la lluvia. Con 5-4 y 0-30 para Nole, el partido fue suspendido durante 68 largos minutos. La larga espera no sirvió de mucho, ya que en la reanudación los líos prosiguieron. Djokovic salió decidido a ganar los dos siguientes puntos, y eso hizo: la cuenta se reseteó y todo se iba a decidir en el tercer set. Rune dio la sensación de estar pasando por un mal momento, pero fue un espejismo.
“Estoy perdido completamente”
Rompió otra vez de salida el saque de Djokovic, al que traspasó el cabreo. Ahora era el de Belgrado quien la tomó con todos: “Otro nivel. Me miras con cara de asombro. Estoy perdido completamente”, le dijo a su palco minutos antes de discutir con Lahyani por el tiempo que tardaba en decir los resultados. Pasó la tormenta de lluvia, pero se mantuvo la de los líos. Novak recibió su segundo quiebre consecutivo, pidió que se expulsara a un aficionado que le estaba perturbando y poco más pudo hacer ante un Rune excelso. Con dos roturas de ventaja, el danés calmó las aguas y navegó con más tranquilidad hacia su segundo triunfo frente a Djokovic (su balance es de 2-1). Todo lo ocurrido se olvidó en la red, donde Holger y Novak tuvieron un afectuoso saludo.
El veinteañero ya está en sus terceras semifinales de Masters 1.000 (ganó París 2022 y en Montecarlo 2023 perdió en la final), en las que espera al noruego Casper Ruud. Djokovic se despidió así de Roma, donde no podrá sumar su séptimo título en un Foro Itálico que vivirá una situación anómala: por primera vez desde 2004, ni Djokovic ni Nadal estarán en la final del evento italiano. El de este miércoles, además, fue el último partido del serbio como número uno del ranking ATP, ya que este próximo lunes será adelantado por Carlos Alcaraz. Ya piensa en Roland Garros el serbio, aunque las dudas a su alrededor vuelven a aparecer. Ya se lo dijo a su box, y es que el de Belgrado se perdió en la tormenta de polémicas y lluvia sobre Roma.