La vuelta al mundo de Daniil Medvedev
El tenista ruso acumula 20 títulos en otros tantos torneos distintos ganados en 16 países de cuatro continentes. Ahora es favorito en Roland Garros.
Daniil Medvedev, líder del año en victorias (39), títulos (5) y finales (6), tiene sin duda el palmarés más llamativo del circuito ATP. El ruso de 27 años, número dos del mundo y primero en la Carrera, la clasificación para las Finals que cuenta los puntos ganados durante el curso, posee en sus vitrinas 20 trofeos que ha ganado en otros tantos torneos diferentes, conquistados en 16 países de cuatro continentes: Europa, América, Asia y Oceanía. Le falta África.
Solo hay otro jugador en activo, entre los que han ganado al menos diez o más títulos, que haya triunfado siempre en lugares distintos, y también es ruso: Andrey Rublev, que tiene 13. Medvedev no ha podido revalidar ninguno de sus éxitos aún. El mayor de ellos, el del US Open 2021. Es el que elige como el más importante, por delante del de Cincinnati. “Ese lo pongo entre los primeros porque lo usamos para poner las flores (es un jarrón), cuando le compro algunas a mi esposa, es divertido”, contó Daniil, con humor, tras proclamarse campeón en Dubái el pasado mes de febrero.
El domingo obtuvo en Roma su primer campeonato en un evento sobre tierra batida, tras haber ganado 18 en pista dura (10 al aire libre y 8 indoor) y uno en hierba (ver gráfico). Un suceso que cambia su perspectiva para afrontar Roland Garros, Grand Slam en el que ahora parece favorito, sobre todo en ausencia de Nadal y teniendo en cuenta que, como segundo del ranking, no irá por su lado Alcaraz y puede que tampoco Djokovic.
Cambio de discurso
“Me encantan las pistas duras. Si fuera mi elección, solo jugaría en ellas, pero entiendo que no es justo”, dijo tras vencer en Miami. En el Foro Itálico, relajó su discurso. “No creía mucho en poder ganar los Masters 1.000 en tierra batida, porque odiaba jugar en esa superficie, no me sentía bien, nada funcionaba. Pero en Roma me sentí increíblemente bien desde los entrenamientos”. Él achaca su mejoría a las cuerdas de las raquetas y a las zapatillas con las que juega. En cualquier caso, en París hay que contar con él.