Djokovic desloma a Zverev para citarse con Sinner

Novak Djokovic demostró este miércoles que pese a que ya tiene 38 años y lleva más de una temporada y media sin ganar un Grand Slam, aún no se le puede descartar en los escenarios más importantes del circuito. El serbio remontó para vencer por 4-6, 6-3, 6-2 y 6-4 a Alexander Zverev, diez años más joven que él, y lo hizo, además, en un partido cuya calidad fue en aumento con el paso de los minutos y duró más de tres horas (3h17). Con un despliegue táctico extraordinario, pero también unas piernas que ya quisieran para sí muchos jóvenes, Djokovic se metió por 13ª vez en las semifinales de Roland Garros, que son parte de las 51 que habrá disputado entre los cuatro majors, récord absoluto.

El viernes, presumiblemente desde las 19:00, se enfrentará a Jannik Sinner. El italiano aplastó sin piedad al kazajo Alexander Bublik (6-1, 7-5 y 6-0 en 1h49) y llega a la cita contra el titán de Belgrado sin haber perdido ni un set en cinco encuentros. Él es primer jugador de su país que suma seis semifinales en Slams. En su 19ª victoria consecutiva en torneos de la máxima categoría, Sinner ejecutó un saque a ¡252 km/h!

Coraje y orgullo

Más tarde, en la sesión nocturna, llegó la demostración de orgullo y coraje de Djokovic, que le tiró a Zverev 35 dejadas, la mayoría acertadas “Las necesitaba para poder competir contra él”, explicó al final. Después de un primer set impecable del alemán, finalista en 2024 y número 3 del mundo, Novak fue superior y acabó de desesperar a su rival con un gran tanto, después de un intercambio de 41 golpes, cuando Sascha tenía punto de break para sobrevivir en el tercer set. El hamburgués levantó tres match balls antes de claudicar con dignidad ante… una dejada. No podía ser de otra manera.

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Djokovic fue capaz de revertir una situación complicada, en la que estaba corriendo de más y estrellándose contra el maravilloso revés de Zverev, a otra bien diferente en la que él dicto las direcciones con una variedad de golpes fantástica, cambios de altura y ángulos endiablados para sacar a Alexander de la pista por el lado de su derecha. Por algo es el mejor tenista de todos los tiempos, indiscutiblemente en cuanto a resultados.

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