España no es solo Alcaraz
En ausencia de Carlitos, llamado a liderar a la Armada en esta Davis, Bautista y Ramos sacan adelante el debut en la fase de grupos ante Serbia.
España carbura pese a la ausencia de Carlos Alcaraz. Con el murciano recuperándose de los esfuerzos del US Open, la Armada tiró este miércoles de Albert Ramos y Roberto Bautista para tumbar a Serbia, aun sin Djokovic el gran rival en el grupo B de la Davis junto a Canadá. El primer punto lo dio el catalán ante Djere (2-6, 7-6 (5) y 7-5) y el castellonense puso el segundo y último (7-6 (5) y 7-6 (5) clavo en el ataúd balcánico con su victoria ante Kecmanovic. Todo resuelto antes del dobles.
Bautista topó con Kecmanovic, un joven (23 años) con buen ranking (33º) pero escaso bagaje en la Davis, limitado a su derrota en cuartos de final el año pasado. La experiencia del español (34 años y 21º), diez victorias en 16 choques desde su debut hace ya ocho años, tenía que acabar pesando y así fue. Empezó fuerte el serbio, con un break consolidado. Pero Bautista, al que a veces le cuesta entrar en los partidos, no se fue a ningún lado. La respuesta llegó en el sexto juego con una rotura a 15. Tendría una bola para conseguir otra en el siguiente turno al servicio de su rival, pero no cuajó y los juegos empezaron a acortarse. Volvió a apretar al resto para evitar el tie-break; Kecmanovic salvó de nuevo los muebles.
No lo hizo en cambio en el desempate, aunque de nuevo empezó por delante. Fue un espejismo, porque rápidamente Bautista se puso con 3-1 y saque. Le quitó un punto el serbio, pero Bautista volvió a morder con el 5-5 y sentenció al saque. Pintaba al segundo maratón de la eliminatoria. No llegaría a los guarismos del duelo Ramos-Djere, aunque se acercó (dos horas y 19 minutos), y con un set menos.
Al tercero no se llegó porque Bautista no quiso. Kecmanovic, que se comió un quiebre nada más empezar el segundo parcial, puso todo de su parte para alargar el pulso. Empató en el sexto juego, volvió a verse a rebufo en el séptimo y evitó que Bautista sellara el partido al servicio. Se jugaba con el cuchillo entre los dientes (70 winners entre ambos contendientes en una pista harto lenta). De nuevo salió tie-break. Este, una montaña rusa de emociones: del 0-2 para el serbio al 3-3 y luego al 5-4 para España con dos saques para sentenciar. Bautista perdió uno, pero lo que le quitó el servicio se lo dio el resto. Gritó de rabia, llevado en volandas por la Fonteta, cuando se supo ganador. El viernes ya no será el número uno de España por ranking, pero ha vuelto a demostrar sobre la pista que es un líder en este equipo.
Ramos abre camino
Convertido en número dos de la Armada por la baja de Alcaraz, compareció primero Albert Ramos. En una atmósfera de plaza grande, gradas llenas y un público entregado a la causa, el catalán (40º del mundo) se sobrepuso a un arranque adverso y cierta picaresca balcánica para acabar llevándose el triunfo ante Laslo Djere (66º) por 2-6, 7-6 (5) y 7-5 en casi tres horas de partido (exactamente dos y 59 minutos).
Djere empezó el partido cargando sobre el revés de Ramos y tirando de cortado, algo en lo que estuvo trabajando por la mañana en el entrenamiento serbio, cuando el barcelonés tomaba la iniciativa. La estrategia dio réditos: con dos quiebres seguidos en el tercer y el quinto juego tomó el mando del primer paricla y ya no lo soltó. Tocaba agarrarse a la pista y Ramos lo hizo en el segundo, una maratón de una hora y 20 minutos. No consiguió aprovechar muchas de las oportunidades que ofreció un Djere más fallón, pero tampoco dejó que eso le reconcomiera. Mantuvo la compostura y, tras un quiebre por cabeza, llegó el tie-break. Fue un intercambio de estocadas. Empezó perdiendo el saque, lo recuperó por partida doble y lo volvió a ceder. Con 5-4 a favor consiguió de nuevo ventaja. No pudo cerrar al resto. Sí lo hizo al servicio.
El serbio pareció no acusar el golpe, porque se adelantó recién comenzada la manga definitiva. Djere confirmó el break y se puso 3-0, pero el 3-1 de Ramos le debió oler a chamusquina, porque con 0-15 en el marcador para el español tiró de picaresca y pidió asistencia médica por unos calambres, algo que no está permitido tratar en mitad de un juego. Bruguera protestó vehementemente, pero se la concedieron. Eso tampoco descentró a Ramos, que se puso con un 15-40 y no lo desaprovechó. Cuando parecía que se avecinaba un nuevo desempate, varios errores de Djere y alguna buena derecha le dieron dos nuevas bolas de rotura. Sacó adelante la segunda y cerró con el servicio un partido que por momentos pintó feo. Sea como sea, hay vida más allá de Alcaraz en España y eso es una gran noticia.
El dobles redondea la tarde
Con los deberes hechos, el duelo por parejas, trascendente solo a efectos de posibles empates en la clasificación, quedó para una pareja inédita hasta la fecha: el veterano especialista, Marcel Granollers (36 años y 12º del mundo en dobles) y un joven padawan, Pedro Martínez, que jugó en casa (es de Alcira) su segundo partido con España en la Davis tras debutar en los clasificatorios de marzo. Se entendieron bien desde el inicio y llevaron el primer set al tie-break, aunque acabó cayendo del lado de Cacic (62º del ranking) y Lajovic (547º en esta modalidad), que sustituyó al en un principio programado Kecmanovic. Reaccionaron después y consumaron una tarde perfecta para España con un 6-7 (5), 6-2 y 6-2 certificado en dos horas y dos minutos.