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TENIS

Empieza la carrera del futuro entre Sinner y Alcaraz

Su primer título de Grand Slam mete al italiano en una nueva pugna, que podría ser histórica, con el español, que le aventaja en uno. El duelo Italia-España también está servido.

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Italy's Jannik Sinner poses with the Norman Brookes Challenge Cup trophy at the Royal Botanic Gardens following his victory against Russia's Daniil Medvedev in the men's singles final match of the Australian Open tennis tournament in Melbourne on January 29, 2024. (Photo by WILLIAM WEST / AFP) / -- IMAGE RESTRICTED TO EDITORIAL USE - STRICTLY NO COMMERCIAL USE --
WILLIAM WESTAFP

Cuando el domingo Jannik Sinner remontó ante Daniil Medvedev una desventaja de dos sets en la final del Open de Australia, para ganar asi su primer Grand Slam, la nueva carrera que se intuía por los títulos de la máxima categoría de torneos, entre el italiano y Carlos Alcaraz, comenzó de hecho. Si nada se tuerce, podría ser histórica y similar a la que han protagonizado durante los últimos 20 años Roger Federer, Rafa Nadal y Novak Djokovic. La diferencia es que, de momento, son dos y no tres los contendientes, a la espera de que el danés Holger Rune diga lo contrario.

Sinner tiene 22 años, casi dos más que Alcaraz, que pasa de los 20 y ya tiene dos majors (US Open 2022 y Wimbledon 2023 en su palmarés). De ahí que Jannik considere que el español ha llegado “más lejos” que él y le respete “mucho”. Este lunes, el jugador nacido en San Cándido, Innichen en alemán, idioma oficial de esta localidad del Trentino-Alto Adigio que hace frontera con Austria, disfrutó de la tradicional sesión fotográfica de los campeones del torneo, que tuvo lugar en los Royal Botanic Gardens de Melbourne.

Allí volvió a hablar con los periodistas. “No dormí mucho, pero son grandes emociones, poco a poco me doy cuenta de lo que he hecho”, advirtió antes de contestar a las preguntas que le hicieron. Entre ellas, una sobre Alcaraz. “Me gustaba ver ganar a Carlos todo lo que ganaba tan joven. Nuestra relación es muy buena pese a la rivalidad en los partidos y espero que el título que he ganado nos haga crecer a los dos”, dice Sinner, un italiano atípico, casi austriaco, que estuvo a punto de decantarse por el esquí.

Quizá por eso es tan prudente y esconde la ambición que deja entrever uno de sus entrenadores, Darren Cahill (el otro es el transalpino Simone Vagnozzi). “Ver a los jugadores jóvenes salir adelante y tener éxito impulsa a todos, no solo a Jannik. Nosotros tenemos que analizar por qué triunfa, cómo, y replicarlo. Carlos ha abierto el camino, estamos agradecidos, es una delicia verle jugar y aspiramos a ser tan buenos como él; ojalá seamos mejores algún día. Ahora le estamos persiguiendo y seguiremos haciéndolo”, dice el técnico australiano, participe del último triunfo de Andre Agassi en un Slam, el del país oceánico en 2004.

La Mole Antonelliana de Turín proyecta una imagen de Sinner para celebrar su triunfo en Australia.
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La Mole Antonelliana de Turín proyecta una imagen de Sinner para celebrar su triunfo en Australia.ALESSANDRO DI MARCOEFE

No tiene problemas Cahill a la hora de reconocer que fue Alcaraz quien abrió la veda, y su pupilo refrendó este edomingo una realidad: la nueva camada de jóvenes jugadores, liderada por el español y el italiano, viene pisando muy fuerte y ya se hace hueco en todo tipo de torneos, incluidos los Grand Slams. Djokovic se quedó sin dos tercios del Big Three (a la espera del regreso de Rafa Nadal a un major), que ejerció un dominio histórico durante casi dos décadas. Pero aparecen ahora en la oposición dos tenistas que incluso ya saben lo que es ganar al serbio en los escenarios más importantes del planeta.

Carlitos superó a Nole en la final de Wimbledon, donde el de Belgrado llevaba 2.195 días sin perder, para levantar el segundo Slam de su carrera. El pelirrojo italiano apeó en semifinales de Melbourne a un Djokovic que, dato curioso como pocos, sumaba también 2.195 días sin caer en el torneo australiano. El futuro se ha transformado en presente, con Alcaraz y Sinner convirtiéndose en los dos primeros hombres nacidos en el este siglo con títulos en majors.

A pesar de que ya mira a Novak de tú a tú, Sinner ni se plantea batir el récord de diez trofeos de Djokovic en Australia. “Está en una liga diferente. Estoy feliz de haber ganado este año y ya veremos lo que viene. Todavía hay mucho trabajo por hacer, pero disfrutaré del proceso y luego, a ver qué puedo lograr en el futuro”. Esta humildad le hace ser muy querido entre sus compañeros, como le ocurre a Alcaraz. Lo cuenta el americano Christopher Eubanks. “Se lleva bien con todos, es una persona muy atenta con todo el mundo y que siempre da las gracias. Es uno de los chicos más populares del vestuario y todos nos alegramos de sus éxitos. Verlo escalar de esta manera nos hace ver a los demás que con trabajo pueden pasar cosas buenas, por muchas decepciones que te puedas llevar”, explicó el tenista en la ESPN, con la que ha colaborado durante el major aussie.

Italia vs España

La rivalidad sana de Sinner y Alcaraz, que se llevan muy bien y antes de viajar a Oceanía se entrenaron juntos en la Ferrero Tennis Academy de Villena, es, de alguna manera, la del tenis italiano, en progresión ascendente, contra el español, de capa caída al margen del prodigio de El Palmar. Las federaciones de ambos países invierten en torneos y programas con el mismo interés, pero los transalpinos, por diversas circunstancias, están experimentando el éxito colectivo que tuvo la Armada hasta hace un par de años. Lo demuestra el título de Copa Davis conquistado el pasado mes de noviembre en Málaga, con Sinner como líder, la cantidad de jugadores que tiene Italia en el Top-50 masculino (4) y en el Top-60 femenino (4) y estas dos últimas semanas en Melbourne Park, con el título de Jannik, la final de dobles de Bolelli y Vayasser, y los dos tenistas (Cobolli y Zeppieri) que entraron en el cuadro principal desde la previa y lograron pasar de la primera ronda. España contó con 11 representantes en los cuadros individuales masculino y femenino, mientras que Italia tuvo 12 miembros, algo llamativo teniendo en cuenta que los transalpinos, a lo largo de la historia, han tenido cinco campeones de majors, mientras que la Armada cuenta con una docena de ganadores de Grand Slams (algunos de ellos no solo una vez, como es el caso de Nadal y sus 22 títulos). El duelo del futuro está servido.

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