Djokovic se desata para alcanzar su 10ª semifinal
Muy recuperado, el serbio se muestra inexpugnable ante Rublev y jugará el viernes por un puesto en la final contra Tommy Paul.
El lunes pasado contra Alex de Miñaur, Novak Djokovic asomó la cabeza, este miércoles, frente a Andrey Rublev, terrible pegador y número seis del mundo, el serbio se desató por completo y marcha imparable hacia el que podría ser su 10º título en el Open de Australia, 22º en Grand Slams. Si lo consigue, el premio sería doble: nivelaría la pelea que mantiene por la supremacía histórica con Rafa Nadal y volvería a ser el número uno del mundo, en detrimento de Carlos Alcaraz. “Igual es el dos (de sus mejores actuaciones este año), pero muy cerca del primero (el anterior); definitivamente adoro jugar aquí, es la mejor pista para mí”, dijo un exigente Djokovic, que pasó por encima de Rublev en poco más de dos horas, en las que el moscovita solo le ganó siete juegos (6-1, 6-2 y 6-4), y el viernes se enfrentará por una plaza en la final al estadounidense Tommy Paul. Suena presuntuoso, pero según está el balcánico no parece posible que el estadounidense sea capaz de frenarlo. “Es verdad (que cuando alcanza las semifinales del torneo no falla). Pero necesito seguir siendo bueno en la pista. Nos conocimos hoy en el vestuario. Él no tiene nada que perder y está jugando muy bien el tenis. Conozco a su entrenador y es muy bueno. No tengo que hacer nada diferente a los dos últimos partidos”.
Entre otras cosas, porque está muy recuperado de sus molestias en el muslo izquierdo, por más que de vez en cuando se queje ligeramente y haga algún estiramiento. “He estado más tiempo conectado a las máquinas estos últimos días que a cualquier persona para mejorar mi pierna. En estas circunstancias, lo importante es recuperarse y estar preparado”, señaló. Su legendaria elasticidad está ahí para hacerle casi inexpugnable en la defensa. Saca a voluntad (14 aces), con la intensidad y la dirección que necesita en cada momento, incluso con segundos, sobre todo cuando le vienen malas dadas. El revés es el de serie, ese que le permite dirigir el partido a su antojo, y le pega a la bola de drive con una facilidad pasmosa, sin hacer ruido, suavemente pero con un resultado letal, desesperante para un rival tan tenso como Rublev. “He conseguido hacer los mejores golpes en los momentos más importantes, eso ha sido lo mejor de mi tenis”, explicó Novak. Y, además, con el paso de los partidos, cada vez comete menos errores no forzados (21). “He tenido que hacer ajustes y adaptarme a las condiciones (temperatura fresca y viento) y creo que el marcador de los dos primeros sets no ha hecho honor a lo que ha pasado en la pista, porque el partido ha sido más igualado”, analizó.
El moscovita le puso voluntad, pero vio como uno tras otro, sus intentos se estrellaban con la solidez de Djokovic, que no perdió la compostura, más allá de alguna pequeña riña a su equipo y un grito de rabia cuando su oponente amagó con hacerle un quiebre en el segundo set. De ese modo, no regaló nada, ni cuando tuvo dos breaks de ventaja. El bueno de Andrey, al contrario, no pudo evitar pegar alaridos, jurar en ruso y pedirle explicaciones a su entrenador, el español Fernando Vicente, que conoce bien y sufre a menudo su fuerte temperamento. Le falta cambiar en ese aspecto, controlar el estrés, para dar el salto que le permite aspirar a los grandes títulos.
Los hitos del chacal
La del viernes será la 10ª semifinal de Djokovic en el Open de Australia, que le coloca tercero en la lista de todos los tiempos tras Roger Federer (15) y Jack Crawford (11), por delante ahora de John Bromwich (9). No pierde en cuartos de final del torneo desde 2014, cuando le ganó Wawrinka. Su récord en esa ronda en los Slams es 44-10. Ha ganado 22 de sus 23 últimos partidos contra top-10 en Melbourne; la única derrota, la citada ante el suizo. Lleva 10 victorias seguidas contra top-10; Rafa Nadal fue el último que lo ganó en Roland Garros 2022. Su balance en 2023 es 10-0, con título en el ATP 250 de Adelaida 1. Acumula 26 victorias consecutivas en el major aussie (de 2019 a 2023), con las que iguala la mejor racha de la Era Open, de Andre Agassi (2000 a 2004). Y lleva 39 seguidas entre todos los torneos de Australia. ¿Quién da más? Además, se le ve feliz: “Quiero felicitarle el cumpleaños a mi fisio, que está en el vestuario, y a mi madre, que lo tuvo ayer”, dijo Djokovic antes de arrancarse a cantar el Happy Birthday to you.