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OPEN DE AUSTRALIA

Australia se acerca a Djokovic

“Queremos a los mejores”, declara Craig Tiley, director del Grand Slam. El país, con nuevo gobierno, ya no requiere vacunación, pero el serbio sigue vetado.

Australia se acerca a Djokovic
Anadolu AgencyGetty

El 16 de enero, tras un extenso y ultramediático proceso judicial, la justicia australiana ratificaba la deportación de Novak Djokovic. El serbio, que había puesto rumbo al país oceánico el día 4 de ese mismo mes, confiando en una “exención médica”, decía adiós al Open de Australia. Nueve meses después, y tras haber competido solamente en dos de los cuatro grandes de la temporada debido a su negativa a vacunarse, se reinicia la cuenta atrás. Queda lejos, pero es el próximo Grand Slam en el calendario (del 16 al 29 de enero). En la Laver Cup, ya salió a la palestra: “Estoy esperando. Realmente, no está en mis manos en este momento. Espero poder recibir noticias positivas pronto”, explicó Nole al ser preguntado por la posibilidad de que sí dispute la edición de 2023.

A día de hoy, legalmente, no podría; pero las cosas han cambiado mucho desde principios de año. Sin ir más lejos, Australia ha cambiado su gobierno. Nueve años después, en mayo, los laboristas volvieron al poder. Con ello, Anthony Albanese, como primer ministro, relegó a Scott Morrison, líder del Partido Liberal y el hombre que, desde el primer momento, le cerró las puertas del país oceánico a Novak. “El visado del señor Djokovic ha sido cancelado. Las normas son las normas, especialmente cuando vienen a nuestras fronteras. Nadie está por encima de ellas”, publicaba en su perfil oficial de Twitter sólo un día después de la llegada del serbio a su país. Con Albanese, y con la favorable evolución nacional y mundial de la pandemia, la postura de Australia respecto al coronavirus es totalmente distinta. A día de hoy, ya no es necesario el certificado de vacunación para entrar en el país y la semana pasada, sin ir más lejos, se eliminó el periodo de aislamiento obligatorio para las personas contagiadas.

En condiciones normales, pues, Djokovic ya podría entrar en Australia. Su caso, sin embargo, es especial, pues, tras todo lo acaecido, el país oceánico impuso una sanción de tres años al serbio, negándole la posibilidad de poder cruzar sus fronteras durante dicho tiempo. Para que Nole pudiera participar en el Open de Australia, se debería dar un proceso de dos pasos. Primero, se le debería levantar la mencionada sanción, que le impide obtener un nuevo visado; después, se le debería conceder dicha visa. Según la ley nacional, de igual forma que el anterior ministro de inmigración, Alex Hawke, usó su poder discrecional para cancelar el visado, el nuevo, Andrew Giles, podría darle la vuelta a la situación, alegando motivos convincentes o compasivos. “Espero que esto suceda porque quiero jugar en Australia. Pase lo que pase, tomaré una decisión en los próximos meses”, declaraba Djokovic recientemente, tras arrollar a Garín en su debut en Astaná.

“Queremos a los mejores del mundo”

Los próximos tres meses se presumen agitados. Mientras, la organización del Grand Slam australiano, que siempre se mostró partidaria de poder contar con Djokovic, empieza a presionar para que se agilicen los procesos legales. “Estamos en camino de tener de regreso a los mejores jugadores del mundo. A todos”, ha declarado Craig Tiley, director del torneo, en The Age, sin nombrar a Nole, pero dejando muy claro a quién van dirigidas sus palabras. “Ahora mismo, nos encontramos en una situación sanitaria muy distinta a la de hace unos meses, con personas que se mueven libremente por el mundo y sin apenas restricciones. Esto es lo que me lleva a pensar que podremos contar con los mejores tenistas del planeta”, apuntilla. Vuelta a empezar.