Un gran Alcaraz acaba con Paul, el azote de la Armada
El español se venga del estadounidense, que estaba en racha de 12 victorias contra españoles, y le espera el miércoles en cuartos otro tenista local, Fritz.
Carlos Alcaraz se vengó de Tommy Paul por él mismo y por todos sus compatriotas este martes en Miami. El número uno del mundo ofreció otra poderosa actuación (doble 6-4 en 1h36) para acabar con el azote de la Armada, que estaba en racha de 12 victorias consecutivas contra españoles, incluido el propio Alcaraz, en Montreal, y Rafa Nadal, en París Bercy el año pasado. De hecho, había vencido hace dos días en la tercera ronda a Alejandro Davidovich. El vigente campeón de Indian Wells, que intenta consumar el doblete en los Masters 1.000 estadounidenses, el famoso Sunshine Double, para mantener a la vez el liderato del ranking, se enfrentará el miércoles (02:30, #Vamos y/o Movistar Deportes) en cuartos, por primera vez, a otro tenista local, Taylor Fritz. El californiano (25 años y 10º del mundo) sometió al danés Holger Rune (6-3 y 6-4) para llegar por primera vez a la antepenúltima ronda del torneo.
“Estoy muy contento con el nivel al que estoy jugando aquí en Miami. Espero seguir igual, moviéndome bien, defendiendo y yendo al ataque”, dijo Carlitos, que emergió tras un inicio de partido más bien plano, de tanteo. Se apuntó un quiebre espectacular, cimentado en un punto ganado con defensas increíbles, que por primera vez en el partido levantó de sus asientos a los espectadores. El murciano le negó al americano el ritmo con el que le gusta jugar y los intercambios largos. La mayoría fueron de entre 1 y 4 golpes, pero la franja en la que hubo mayor diferencia a favor de Carlitos fue la de 5 a 8 (11-2).
Desbordó con el drive, entrando antes profundo con el revés y con un parcial de 12-2 en puntos se hizo dueño del primer set. Let’s Dance (Bailemos), canción del gran David Bowie, sonaba por la megafonía en el descanso tras el 4-3 y eso hacía en la pista Alcaraz, bailar al son que más le convenía, con espacio para la autocrítica. “Se va yendo y yo parao, parao estoy”, decía tras un envío de Paul que no pudo contestar. Con una de sus exquisitas dejadas, consumó su ventaja. Solo había perdido hasta ese momento ocho puntos con su saque.
Rozó el break el español nada más comenzar la segunda manga y no desaprovechó la segunda oportunidad gracias a esa habilidad que tiene para defenderse y a un par de errores de su rival. Tocaba cerrar el triunfo con el mayor aplomo posible, dadas las circunstancias, contra un jugador de la tierra (Boca Ratón, Florida). Alcaraz continuó moviéndose como los ángeles, y conectando combinaciones de todo tipo, como un boxeador: revés-derecha, derecha-volea, revés-subida, dejada-passing… Imposible para el bueno de Tommy contrarrestar semejante arsenal (22-8 en golpes ganadores), pese a su reconocida paciencia y precisión. Con su segunda bola de partido finiquitó el asunto. Y que pase el siguiente.