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TENIS | ATP 500 PEKÍN

Un calendario matador rodeado de contradicciones

Los jugadores se quejan de la dureza del circuito y de los torneos obligatorios mientras crece el número de exhibiciones.

Carlos Alcaraz en su llegada a Pekín.
twitter: @ChinaOpen

Las declaraciones que hizo Carlos Alcaraz la semana pasada en Berlín, donde participó en la Laver Cup, acerca de la dureza del calendario ATP, reabrieron el debate sobre la exigencia y la amplitud de un circuito que no ha parado de crecer en los últimos años. “Hay muchos jugadores y cada uno tiene su propia sensación. Algunos quieren jugar más incluso. Muchos creen que este es un buen calendario. Y otros dicen que es apretado y que hay muchos torneos durante todo el año. Yo soy de estos últimos, de los que piensan que hay muchos torneos obligatorios y, probablemente, durante los próximos años habrá incluso más. Así que nos van a matar de alguna manera”, dijo el murciando de 21 años. Y lo reiteró ayer a su llegada a Pekín: “Tenemos que hacer algo”.

Alcaraz se refería a los eventos que los miembros de la asociación de tenistas deben disputar por compromiso. Son ocho de los nueve Masters 1.000 (se excluye Montecarlo) y cuatro ATP 500. Además, los ocho clasificados para las ATP Finals también están obligados a comparecer en el campeonato que pone fin al curso. En esta lista podrían incluirse tácitamente los cuatro Grand Slams, porque son fundamentales para la puntuación del ranking. Además, desde el año pasado, la mayoría de los 1.000 han pasado de durar una semana a extenderse a dos. La contrapartida de esta medida es que los premios económicos también se han duplicado. En total, los nueve Masters reparten una bolsa de 73 millones de euros. La cuestión del dinero tiene un peso específico muy grande en la programación.

A veces no me siento motivado en absoluto. Es un momento difícil. El calendario es muy ajustado, muchos torneos, no tengo días libres o no tantos como quisiera. En ocasiones, realmente quiero tomarme algunos para mí, pero no puedo porque tengo que entrenarme, viajar, el jet lag a veces me afecta yendo por el mundo. Así que a veces no quiero ir a los torneos, no voy a mentir”, insistió Alcaraz, que ha jugado 52 partidos en lo que va de temporada y podría alcanzar los 76 individuales en el mejor de los casos, si llega a todas las finales posibles. Casi los mismos que completó en 2023 (77).

Paralelamente a este aumento de torneos y semanas de competición, agravado en 2024 para algunos tenistas por los Juegos Olímpicos y la Copa Davis, no para de crecer el número de exhibiciones. Alcaraz jugó una el pasado mes de enero en Melbourne, contra Alex de Miñaur, antes del inicio del Open de Australia. Y en marzo se enfrentó a Rafa Nadal en Las Vegas, en el Netflix Slam, donde extraoficialmente ambos percibieron más de un millón de euros. Del 16 al 19 de octubre, los dos referentes españoles estarán en el Six Kings Slam de Riad (Arabia Saudí), un minitorneo en el que cada participante se embolsará de entrada 1,35 millones, con una cifra récord de 5,4 para el ganador. Carlos cerrará el año con dos bolos en Estados Unidos en diciembre, el 4 en el Madison Square Garden de Nueva York contra Ben Shelton y el 6 en Charlotte ante Frances Tiafoe.

La saturación en el circuito es un problema de difícil solución, como señaló Alexander Zverev también en la capital alemana. “A la ATP no le importa nuestra opinión. Es un negocio de dinero. ¿Y qué, hacemos un boicot? No se nos permite. Nos multan si no jugamos torneos. Entonces, ¿qué cree que deberíamos hacer?”, replica el hamburgués. “Tenemos la temporada más larga en el deporte, innecesariamente larga, con una cantidad innecesaria de torneos. Creo que no necesitamos jugar desde el 27 de diciembre, cuando comienza la United Cup, hasta el 19 o 20 de noviembre, cuando terminan las ATP Finales, y aún más tarde, si juegas la Davis después”, continúa el número dos del mundo, antes de explicar en qué consiste el negocio del calendario. “Las licencias de los torneos valen millones de dólares. Así que se puede simplemente quitarlos. Compran los derechos. Así que no se trata solo de cancelar un evento o decidir que no haya obligatorios. Hay que devolverles el dinero, encontrarlo para pagarles, recomprar las licencias”.

Paradójicamente, los jugadores, por regla general, juegan menos ahora que hace una década. Zverev es el que más encuentros ha comenzado en 2024, un total de 75. En 2008, Nadal llegó a los 93; y en 2006, Federer alcanzó los 97, si bien es verdad que el tenis que se practicaba era menos físico. Ahora es más rápido y el tiempo medio en pista ha aumentado, un 25% en Slams con respecto a 1999, según un estudio de The Athletic. Así que los problemas físicos son frecuentes, sobre todo entre los tenistas top. “Hay muchas lesiones por las pelotas, el calendario y muchas cosas. En algún momento, muchos buenos jugadores se van a perder torneos por eso, porque tienen que pensar en sus cuerpos y tienen que cuidar de su vida privada. Tienen familia, muchas otras cosas en la vida aparte del tenis. Todo esto es demasiado”, advirtió Alcaraz. El debate continuará, con sus contradicciones, y no se atisban soluciones.

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