Toni Nadal: “Ver que esto se acaba me afecta, sobre todo, por Rafael”
El tío de Rafael Nadal, que no estará en Málaga para la despedida de su sobrino, habla con AS de su relación con él y propone un cambio en el tenis.
Casi un mes después de que Rafa Nadal anunciara oficialmente su retirada, su tío y exentrenador, Toni Nadal, habla con AS al término de la presentación, en el Wizink Center de Madrid, de ‘Moviéndonos por la vida’, campaña de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la Asociación de Cáncer de próstata (ANCAP) y Bayer, de la que el técnico balear de 63 años es padrino. El propósito de esta iniciativa, en el marco del Movember, es visibilizar el impacto positivo del deporte en la recuperación y el bienestar de las personas con cáncer de próstata, como el que tuvo su propio padre. Llama la atención que Toni, que adelanta que no podrá estar en la despedida de Rafael (”Tengo trabajo en Roma”), opine que la práctica a nivel profesional no es tan beneficiosa a la larga. Lo dice por su sobrino.
¿Cómo llevan usted y el resto de la familia la retirada de su sobrino?
Con normalidad. Evidentemente, yo lo sabía, porque mi sobrino me lo comunicó hace bastante tiempo. Era una noticia que desde hacía mucho ya estábamos esperándola. El día que envió el mensaje, el vídeo, la emoción saltó en toda la familia, como es normal, pero ya con la decisión muy asumida.
¿De alguna manera es como si a usted también se le acabara una etapa de su vida?
No, porque yo la acabé hace mucho tiempo. Entonces, a nivel personal, de lo mío, a mí no me afecta. Sí en el sentido de que es un sobrino con el que he compartido muchas horas, con el que estuvimos muchos años viajando y yendo detrás de un sueño. Ver que esto se acaba me afecta, sobre todo, por él. Yo ya estaba desvinculado de su tenis desde hace bastante tiempo.
Ha hablado del efecto que nocivo que tiene el deporte de alta competición en el físico cuando se lleva el cuerpo tan al límite. En la entrevista que concedió a AS, Rafael reconoció que se arrepiente de algunas cosas. ¿Usted, como entrenador, haría algo diferente en ese sentido si pudiera volviera a empezar?
¿Y cómo no? ¿Cómo no se va a arrepentir? Y yo. Hombre, solo uno muy tonto volvería a hacer lo mismo, porque significaría que no aprendió nada en toda su vida. Claro que harías cosas diferentes, pero el lunes todo el mundo sabe la quiniela. No hay que quejarse, creo, porque al final, si miras la imagen general, que es lo que yo he procurado hacer toda la vida, las cosas salieron bastante bien. Ahora, claro que puntualmente cambiaría algo. Y en cuanto a Rafael, que hay cosas que cambiaría, pues también es normal. Como todos. ¿Tú cambiarías algún texto o no? (“Sí”, contesta el entrevistador). Pues como todo el mundo.
El de la exigencia física parece un problema con mala solución, ¿no?
Yo creo que tiene arreglo o se puede hacer algo. El deporte, y se decía desde el tiempo de la antigua Grecia, era un complemento, se entendió como un complemento necesario para el desarrollo del ser humano. Cuando tú haces que el deporte se limite solo a un aspecto físico, pues se aparta de ese complemento necesario. Si tú haces un juego que es cada vez más veloz, pues probablemente sea complicado. Si haces un deporte que sea cada vez más estratégico, ya sé que no es fácil, pero si lo haces más estratégico, a lo mejor no llevas el cuerpo al límite. ¿Cómo lo consigues? No es fácil. En el mundo del tenis yo creo en distintas soluciones. Se pueden acortar las raquetas, con lo cual dejarías de jugar a esta extremada velocidad. Cuando juegas así, un aspecto de tu cuerpo va a fallar, no se va a sincronizar, o vas a hacer un movimiento brusco que te va a llevar a algún problema. Lo mismo pasa en el fútbol, cada vez más rápido. Y escuchaba el otro día o leía los problemas que han tenido los futbolistas con las lesiones y a ver si era por exceso de competición. Yo no sé si es eso, porque es verdad que hay muchos partidos, pero hay plantillas también numerosas para esta gente que hace tantos partidos. A lo mejor podrían modificar alguna regla que favoreciera que las cosas fueran menos nocivas para los deportistas.
Ahora hay muchas quejas del calendario, de las bolas, de las pistas, etcétera… pero su sobrino jugaba más…
Por eso digo que, para mí, no es tanto el hecho de los partidos. Evidentemente, cuando tú juegas a una velocidad desde el saque, es complicado. El otro día, mis hijos me pasaron una información sobre que el promedio de un tipo del segundo saque era 213 km/h, un francés (Giovanni Mpetshi Perricard). Es una barbaridad. A este nivel, cuando una pelota te viene a esta velocidad tú tienes que hacer una reacción del cuerpo totalmente brusca, porque no sabes constantemente ir a esta velocidad. Así que no es cuestión de muchos partidos, en cualquiera se me puede romper algo. Yo creo que lo que deberían es intentar ir por el otro camino, buscar juegos más estratégicos, que no fueran solamente físicos. Hay soluciones en todo. Si tú sabes qué es lo que lesiona, intenta evitarlo.
Ha contado que Rafael a veces le decía que se aplicara usted los consejos que le daba a él. ¿Cómo era eso?
Muchas veces se habla de mis valores y yo lo que hacía era aplicárselos y que Rafael se los aplicará. Y él, en ocasiones, me decía, ‘a ver si te los aplicas tú’. Lo hacía riéndose, evidentemente. Y le contestaba, ‘no, no, yo soy el entrenador, hazlo tú, esto de ir al límite, de forzar’.
¿Cómo hacía para mantener un equilibrio entre la disciplina férrea y levantar un poco el pie del acelerador?
Yo no tenía una disciplina férrea. Yo en la vida parto de un principio. Uno tiene que ser consecuente con lo que elige. Si tú escribes en el AS, no es lo mismo que si escribes en un periódico local, que a lo mejor necesitas menos conocimiento. Si escribes en el AS, tienes que hacerlo muy bien. Pues si quieres ser un número uno, tienes que hacerlo muy bien, y eso conlleva un esfuerzo, una exigencia. Hay que hacerlo, no queda más remedio.
¿Usted era un poco psicólogo o le daba a Rafael consejos de vida?
Es que yo nunca hice nada en una pista que no la hubiera aplicado fuera. Yo entiendo que, sobre todo cuando trabaja con jóvenes, la actividad de un entrenador no se tiene que limitar a lo deportivo. Si yo trabajo con jóvenes, que es lo que hacía, tengo que intentar ayudarles en toda su formación, porque creo que a la larga les va a ayudar en el futuro.