Samuel López y Juan Carlos Ferrero, entrenadores del año tras llevar a Alcaraz a la cima

Carlos Alcaraz y su equipo siguen recibiendo reconocimientos tras la gran temporada 2025 del tenista español, en la que Alcaraz conquistó dos nuevos Grand Slam en Roland Garros y en el US Open y donde el tenista de El Palmar logró terminar la temporada como número uno del mundo, algo que ya logró en 2022.

Después de que Alcaraz recibiese el premio Stefan Edberg al tenista más deportivo del circuito, este jueves la ATP ha reconocido el trabajo de sus dos técnicos, Samuel López y Juan Carlos Ferrero, anunciándoles como ganadores del premio al Entrenador del Año.

Tras ejercer en ocasiones puntuales como entrenador de Alcaraz en ausencia de Ferrero, Samuel López se ha consolidado en este 2025 formando parte del equipo fijo de Alcaraz después de toda una vida acompañando a Pablo Carreño, y ha sido pieza clave en los éxitos del tenista murciano en este 2025 tras un inicio algo dubitativo. “Todo ha sido muy fácil porque los resultados han llegado. Conozco a Juan Carlos Ferrero desde que tenía die años y a Carlos Alcaraz desde que dio sus primeros pasos aquí en la Ferrero Tennis Academy. Estaba junto a Pablo Carreño en ese periodo pero compartimos muchos momentos juntos. El ambiente de trabajo ha sido muy fácil porque nos conocemos de siempre y entendimos lo que Carlos necesitaba. Creo que a Alcaraz le he aportado frescura, porque Juan Carlos lleva siete años con él y yo llegué nuevo, pero conozco al equipo y todos hemos aportado lo mismo pero de diferente forma. Sobre todo, insistimos en que hubiera alegría a la hora de trabajar”, analizaba López en declaraciones a la web de la ATP.

Por su parte Ferrero, que ha acompañado a Alcaraz desde sus inicios, vuelve a ser reconocido con este galardón tras recibir el premio en 2022, el otro año en el que Alcaraz también terminó como número uno del mundo, y se convierte en el primer técnico que logra repetir galardón. “Estoy muy feliz con el premio. No tenía dudas de que Samuel encajaría en nuestra filosofía de trabajo realmente bien, porque hemos estado trabajando juntos durante años y sabe qué es lo que quiero para Carlos Alcaraz. Ha hecho un trabajo fantástico desde el principio. Desde que empecé a entrenar a Alcaraz nunca me puse como objetivo ser premiado como Entrenador del Año. Pero que se reconozca este trabajo por parte del resto de entrenadores que, como nosotros, saben lo complicado que es, y conseguirlo dos veces, significa mucho para mí. Y este año la alegría es doble porque comparto el premio con Samuel. Nuestro objetivo siempre es que Carlos trabaje al cien por cien y saque el trabajo que tiene dentro. Lo hacemos con trabajo y disciplina pero también con alegría y felicidad. Puese que yo sea un poco más serio y estricto en ese sentido, mientras que Samuel es más abierto y bromista, pero también tiene esa seriedad que se necesita a la hora de trabajar”, relataba Ferrero a la ATP tras lograr el premio.

Un Ferrero que también aprovechó para hacer balance de la temporada y de cómo lograron darle la vuelta al dubitativo inicio de Alcaraz. “Carlos venía de ganar en Róterdam y allí lo había hecho muy bien, pero en Indian Wells y Miami perdió la confianza. Fue un momento complicado, no por la derrota, sino por cómo se produjo. Se fue tocado del torneo y a la vuelta tuvimos una charla. Hablamos mucho con él, pero cuando le ves más molesto o débil en algún momento de la temporada siempre intentas hablarle desde el aspecto psicológico o como amigo más que como entrenador. Ganar en Montecarlo sin jugar del todo bien pero con una gran actitud le ayudó muchísimo de cara al resto de la temporada. Después llegaron muchas finales y resultados increíbles en los Grand Slam, pero Montecarlo fue la luz que abrió las puertas para ganar esa confianza que necesitaba y, desde ahí, encadenó unos resultados impresionantes”.

Un balance que también realiza López, que destaca el punto de inflexión de Alcaraz en Montecarlo y que siempre recordará la final de Roland Garros, mientras intentan mantener su ambición. “Carlos ha madurado y se ha dado cuenta de la importancia de expresar sus sentimientos y cómo se siente. Desde Montecarlo fue comunicando mucho más cómo se sentía y eso le ha ayudado a expresarse más en las dificultades, en los miedos y lo que significa estar con la presión que conlleva el circuito. Y a nivel personal, he podido ganar mi primer Grand Slam en Roland Garros formando parte de un equipo como entrenador y de la forma que lo ganó. Y después en las Finals vimos que podía terminar como número uno del mundo, y aunque nadie del equipo se obsesionó con ello, conseguirlo en Turín fue un momento muy feliz. Ahora nuestra misión es que Alcaraz mantenga despierta su ambición. Conociendo a Alcaraz no tendremos problemas, pero no hay que conformarse con lo que ha conseguido. La motivación tiene que ir creciendo para seguir logrando cosas muy grandes al alcance de muy pocos. Tenemos que seguir motivados, no conformarnos con nada, e ir siempre a por más con la alegría que le caracteriza y que nos contagia al resto”.

Un Alcaraz que podría poner la guinda a su maravilloso 2025 con el premio de la ATP al mejor tenista del año en un galardón que se revelará en las próximos días, pero que, de momento, ve cómo su equipo también recibe la recompensa por su gran trabajo.

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