¿Quién es Samuel López, el entrenador que toma las riendas de la carrera de Carlos Alcaraz?
El alicantino de 55 años fue cofundador de la Academia de Ferrero e impulsor de los éxitos de Pablo Carreño hasta que pasó a ser fijo en el equipo del murciano esta temporada.
Samuel López será desde ahora el entrenador principal de Carlos Alcaraz, después de que el murciano anunciara este miércoles el fin de su relación profesional con quien había sido durante los últimos siete años su primer técnico, Juan Carlos Ferrero. Nacido hace 55 años en Alicante, López acompañaba al valenciano como un fijo en el equipo desde finales de 2024, aunque ya había sustituido antes alguna vez al ex número uno del mundo, como empleado de la Ferrero Tennis Academy, vinculada al destino de Alcaraz desde los inicios de su carrera profesional. De hecho, Samuel fue cofundador de la escuela de Villena, que nació con el nombre de Equelite, junto a Antonio Martínez Cascales, entrenador y padre deportivo de Ferrero, con quien mantiene una estrecha relación que trasciende lo laboral.
Jugador de tenis, aunque solo alcanzó cierto grado de profesionalidad como doblista, López dio sus primeros pasos como entrenador junto a Cascales, antes de crear Equelite, donde desarrolló toda su trayectoria, primero en el equipo del propio Ferrero, y después como preparador de Guillermo García López, Santiago Ventura y Mariusz Fyrstenberg, antes de tomar las riendas de la carrera de Pablo Carreño, en noviembre de 2015. Con él, el asturino alcanzó sus mayores éxitos: siete títulos, las dos semifinales del US Open y los cuartos de Roland Garros (en 2017 y 2020), el bronce olímpico en Tokio 2020, tras ganar en las semifinales a Novak Djokovic, y el título de Copa Davis con España en 2019.
El año pasado, ambos pusieron fin a una exitosa andadura de nueve cursos tras la que Samuel pasó a trabajar a tiempo completo para Alcaraz. En enero del año pasado, acompañó al de El Palmar en el Open de Australia, para suplir la baja de Ferrero, que se sometió a una operación de rodilla, y nació una conexión especial entre ambos. “Es un gran entrenador. Él estuvo con Juan Carlos cuando jugaba. Confío en él al cien por cien. Creo en él y pienso que también puedo aprender mucho”, dijo Carlos entonces. “No queremos que Alcaraz pierda su espontaneidad”, comentó López durante una conversación en Melbourne con El País y AS. “Hace todo lo que le dices, es un chaval que escucha, así que es fácil trabajar con él”, añadió.
Complicidad creciente
Desde el principio, maestro y pupilo se entendieron y fueron creando un lenguaje propio que dio como resultados expresiones curiosas de motivación durante los partidos. “Non ti preoccupare”, no te preocupes, en italiano, es una de ellas. O “ahora, tortilla”, en referencia al coraje en momentos complicados. “Lo de Samu es una cosa que tenemos entre nosotros, que me hace reír y es cuando saco mi tenis”, explicó Alcaraz en las pasadas ATP Finals.
El caso es que López es un entrenador atípico por su personalidad abierta, su sentido del humor y su modestia innata, un tipo de los que no abundan en el mundillo del tenis. Su perfil no es el de un técnico estrella, pero sus conocimientos técnicos sí que están a la altura de los mejores. Fue el artífice del cambio en el saque de Alcaraz hacia un movimiento sin paradas, más efectivo. Ya había moldeado el de Carreño, uno de los mejores de la Armada, y el asturiano evolucionó con él hasta ser un tenista del top-10. Ahora tiene en sus manos un transatlántico en velocidad de crucero y, lo que es mejor, con margen de mejora.
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