Nadal no encuentra el camino hacia la victoria en la United Cup
El balear brilla en el primer set y se desinfla después para perder por primera vez ante el australiano De Miñaur. Párrizas gana a Inglis e iguala la serie.
Rafa Nadal inició el año 2023 igual que despidió el 2022, con derrota. Lo había avisado en la entrevista que concedió a AS antes de recibir el Premio de este diario al mejor deportista del pasado curso: “Llego muy justillo. Lo malo es que los primeros dos partidos que jugaré en la United Cup son muy difíciles”. No le faltaba razón. El pasado sábado cayó ante Cameron Norrie (14º del mundo) y este lunes, contra Alex de Miñaur (24º) por 3-6, 6-1 y 7-5 en 2h42, dos rivales que no habían podido ganarlo hasta ahora. Con el británico tenía un balance positivo de 4-0 y con el australiano, de 3-0. Ambos partidos los comenzó al frente en el marcador y los dos acabaron con remontada de su oponente. Un síntoma de que físicamente aún no está al 100%. En esta ocasión brilló aún más en el primer set, sobre todo con el revés cruzado, magnífico, pero las condiciones en Sídney, ciudad natal de De Miñaur, lo minaron.
Aunque puede extraer aspectos positivos de ese comienzo y de un tercer set que peleó hasta el final, Nadal ha perdido seis de sus últimos siete partidos, nunca había empezado una campaña con dos derrotas y se va de la nueva competición por países sin puntos para el ranking y con muchos días por delante huérfanos de partidos antes del primer Grand Slam de la temporada, que arranca el 16 de enero. Si no pide una invitación para el segundo ATP 250 de Adelaida, e incluso aunque lo dispute la semana que viene, podría perder el número dos a manos de Stefanos Tsitsipas y/o Casper Ruud. El noruego, que está a 50 puntos, no le pasaría de inmediato aunque ganara 45 el martes ante el italiano Matteo Berrettini, ya que su nación está eliminada. Sin embargo, podría hacerlo en el torneo de Auckland, otro 250, en el que se ha inscrito. Tsitsipas aún está a 215 del balear, pero se le ve en gran forma y Grecia tiene opciones de avanzar en Perth. Si cae al tres, a Nadal se le complicaría el cuadro en Melbourne, con la posibilidad de competir por el mismo lado que el uno, Carlos Alcaraz. Una opción para coger ritmo sería que participará en el Kooyong Classic, una exhibición en la que estará el murciano y que se disputa en la capital de Victoria del 10 al 12.
“No puedo estar más feliz tras haber conseguido mi primera victoria sobre Rafa. Esta es mi pista favorita en todo el mundo, así que gracias”, expresó el vencedor. “Sabía que iba a ser una batalla, él es un deportista alucinante y lo que ha hecho por este deporte es increíble. Para mí es un sueño haber podido ganarlo. No puedo esperar para que empiece el Open de Australia, tengo muchas ganas y quiero dar lo mejor de mí”, añadió. Gracias a Nuria Párrizas, que venció con brillantez a Maddison Inglis (6-1 y 6-3), España igualó una eliminatoria intrascendente, ya que ambos países están eliminados en un grupo B en el que se ha impuesto Gran Bretaña, que jugará la final de la ciudad contra Estados Unidos. Este martes (06:30, Teledeporte), Paula Badosa se medirá con Zoe Hives y Pablo Carreño o Albert Ramos, con Jason Kubler antes del dobles mixto en el que podría actuar Nadal.
Nadal hizo un primer set fantástico, en el que lució precisión, agresividad y movilidad. Se adelantó De Miñaur con el primer quiebre del partido para poner el 3-2 a su favor, pero a partir de ahí, el manacorí lo barrió: ilusionante parcial de 5-0, ante un rival en actitud un tanto suicida, con el que se llevó la primera manga y logró un break para abrir la tercera.
Todo apuntaba a una victoria fácil del ganador de 20 Grand Slams. Y no fue así, ni mucho menos. El calor y la humedad le pasaron factura física y el aussie afincado en Alicante lo aprovechó. Los fondos de la pista del Ken Rosewall Arena se empaparon con el abundante sudor de Rafa, que vio como Alex, veloz y eléctrico sobre todo al resto, le devolvía la paliza con propina. Un rosco para igualar el encuentro desde ese inquietante 1-0.
Reacción frustrada
El vigente campeón del Open de Australia, que había tenido un 0-40 en el 6-1, se cambió de ropa por segunda vez y detuvo la sangría con un juego en blanco y buscó la rotura de inmediato. No la encontró por poco, porque se le escaparon cuatro oportunidades en el 1-1. Lo bueno es que había recuperado parte de la potencia de golpeo y el acierto, aunque el revés ya no le funcionaba tan bien y a su oponente sí. Y por eso, entre otras cosas, perdió de nuevo su servicio. A continuación, tirando de sus infinitos recursos, dejada por allí, cortadito por allá y derechona, Rafa hizo el contrabreak para mantenerse en el choque y colocarse luego en posición de victoria. De Miñaur no se arrugó y del 5-4 en contra pasó al 7-5 definitivo, con un parcial de 12-1 en puntos, para conseguir la mejor victoria de su carrera, la segunda ante un top-5 tras la que logró ante Medvedev el año pasado en París Bercy cuando el ruso era cuarto del mundo.