Nacida para ganar y generar dinero
Serena Williams dejará el tenis en septiembre pero sus inversiones fuera del deporte le aseguran unos enormes ingresos en el futuro.
La vida de Serena es imposible de entender sin la figura de su padre Richard. El controvertido progenitor que decidió que tendría como hijas a las dos mejores jugadoras de tenis del planeta... antes de que nacieran. Vio ganar Roland Garros a Virginia Ruzici en 1978 y dedicó su tiempo a escribir un libro de 80 páginas con los pasos a seguir. Venus vino al mundo 1980 y Serena en 1981, pero el plan ya estaba diseñado. Trabajo durísimo desde muy pequeñas, entrenando día y noche bajo un sol sofocante o cayendo chuzos de punta. Con horarios exhaustivos, castigos y disciplina férrea... rozando el maltrato psicológico. Incluso fue denunciado por una vecina por hacer entrenar a sus hijas con 10 años a las tantas de la madrugada.
Ese esfuerzo mental hizo que Serena fuera una roca en la pista y una ambiciosa mujer de negocios. Los casi 100 millones que ha ganado con la raqueta, más del doble que la siguiente que es su hermana Venus, se unen a los quince anuales que le reportan sus patrocinios personales (IBM, Intel, Nike, Pepsi, Wilson, Gatorade, Aerolíneas Delta...) y a los ingentes ingresos de la firma de capital riesgo que creó, ‘Serena Ventures’. Desde 2014 han realizado más de 65 inversiones, incluyendo más de 30 startups... 16 de ellas de las llamadas ‘unicornio’ (empresas que alcanzan una valoración de 1.000 millones de dólares sin tener presencia en Bolsa).
Además, posee accionariado de los Miami Dolphins, UFC, Masterclass, Tonal, Impossible Foods; está en la junta directiva Momentive, la empresa matriz de SurveyMonkey, y en enero de 2022 se ha unido a Sorare, empresa de NFT como asesora.... poseyendo una fortuna personal de 260 millones según Forbes (su marido, el cofundador de Reddit, Alexis Ohanian posee 70 millones a título individual). Serena también es filántropa ya que dona decenas de miles de dólares a 13 organizaciones benéficas diferentes, es embajadora de buena voluntad de UNICEF, ha construido escuelas infantiles en África y el Caribe, y en septiembre lanza su primer libro para niños. Y su última inversión, Karat, tiene como objetivo ayudar a contratar a más ingenieros de software negros ya que la lucha por la igualdad racial también forma parte de su día a día.