El número de la suerte de Monfils
El tenista francés de 37 años gana su 12º título en Estocolmo 12 después de ganar el cuarto en la misma ciudad. Es el primero como padre.
“La edad es solo un número”. Esa frase podría se le podría atribuir a Novak Djokovic, a Rafa Nadal y a Roger Federer, ejemplos de que muy por encima de los 30 años se puede ser competitivo y alcanzar grandes éxitos en el tenis. Es el caso también, aunque a menor escala, de Gael Monfils. Recién cumplidos los 37, el francés triunfó el domingo en Estocolmo, donde ganó al meritorio jugador ruso Pavel Kotov, que había tenido que jugar la previa, y levantó un voluminoso trofeo, el 12º de su carrera, 12 temporadas después de ganar el cuarto en la misma ciudad.
“¡Qué increíble coincidencia!”, escribió en redes sociales Le Monf, como le apodan. “¡Parece que el número 12 es mi número de la suerte! Pero este título es aún más especial porque es el primero que gano como padre. Tener a mi lado a mi esposa (Elina Svitolina), a mi madre (Sylvette) y a mi pequeña (Skay) hace que esta victoria sea aún más hermosa. Muchas gracias a mi equipo, a Mikael mi entrenador y a Blaz mi fisioterapeuta por su apoyo incondicional. ¡Adelante, hacia más victorias juntos!”, concluyó el parisino, que igualó con su clasificación para la final del BNP Paribas Nordic Open una marca de longevidad de Rafa Nadal. Ambos, junto con Jimmy Connors, han sido capaces de ganar al menos un título por campaña durante 19 años seguidos.
Su éxito le trajo a Monfils un premio extra, volver al Top-100. Antes de jugar en Suecia era el 140º del ranking y desde este lunes en el 89º. En 2016 llegó a ser el número 6 del mundo y tras lidiar con algunas lesiones y conciliar su vida profesional con la familiar, vuelve a ser un tenista difícil de ganar, con su condición atlética y espectacularidad aún latentes.
Sin descanso
Monfils no descansará esta semana tras ser campeón en Estocolmo. Con su ranking protegido, jugará el ATP 500 de Viena. El martes se enfrentará en primera ronda al alemán Daniel Altmaier y dentro de una semana, si todo va bien, competirá en su ciudad, en el Masters 1.000 de París, donde fue finalista en 2009 y 2010.
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