El modelo Alcaraz

El éxito de Carlos Alcaraz en las pistas de tenis, donde en sus mejores días transmite emoción y levanta pasiones por su intensa y en ocasiones desmedida manera de competir, como pasó la semana pasada en Buenos Aires y ocurre esta en Río de Janeiro, ha suscitado muchos intereses fuera de ellas. Son muchas las marcas que le han incorporado a su cartera. Algunas desde sus inicios, más relacionadas con el mundo de la raqueta, como Nike o Babolat (antes fue Lotto). Otras, como la alimentaria ElPozo, de otros registros, incluido el de la moda.

Hace unas semanas, su figura apareció en un cartel gigantesco que Calvin Klein puso en una fachada de la Gran Vía madrileña para lanzar su campaña Calvins o nada. Carlitos, imponente y serio, luce musculatura en ropa interior. Ya había posado de esa guisa para la revista Men’s Health. Ahora es Vogue la que publica un reportaje con palabras del murciano, que revela una intimidad: lleva 18 meses sin pareja.

“Es difícil encontrar a la persona que pueda compartir cosas contigo si siempre estás en diferentes partes del mundo”, explica Alcaraz, que asegura que se viste “muy simple”, aunque es “fanático de las zapatillas Nike”. “Busco modelos antiguos que son bastante caros, exclusivos o difíciles de encontrar. Quiero tener una gran colección. Tengo alrededor de 20”. Sus ganancias las lleva su padre, Carlos, y dice que, por lo demás, no presta “atención a marcas ni a coches”.

Sinceridad

En el debate Nadal-Federer, declara que admira “mucho” a Rafa, pero... “Federer, la clase que tuvo, la forma en que hizo que la gente viera tenis: eso fue hermoso. Verle es como mirar una obra de arte. Es elegancia, lo hizo todo magníficamente”.

Un Alcaraz que este viernes buscará una plaza en las semifinales del Torneo de Río de Janeiro tras superar en octavos de final a Fabio Fognini para citarse en cuartos de final con el serbio Dusan Lajovic.