El entrenador en la sombra se hace hueco en el circuito
Alejandro García comenzó siendo ‘sparring’ de estrellas como Alcaraz, Nadal o Muguruza, y ahora se centra en convertirse entrenador WTA.
El mundo del tenis está plagado de personalidades: jugadores, entrenadores, jueces de silla, leyendas reconocidas en un entorno gigantesco y tremendamente mediático, etc. Pero no todo lo que rodea al deporte de la raqueta funciona de esta manera, esa quizás sea la punta de un iceberg que se nutre de miles de personas alrededor del mundo y que no son tan conocidas, pese a la importantísima labor que realizan. Uno de estos casos es el de Alejandro García, (Madrid, 26 años). Este joven entrenador ha tenido el privilegio de testar a Nadal, Alcaraz, Muguruza, Badosa, Azarenka, Tsitsipas, Thiem y un sinfín de tenistas que a día de hoy componen los primeros puestos de ambos ránkings y en muchos casos son auténticos mitos.
El madrileño siempre tuvo claro cuál era su vocación: convertirse en entrenador de tenis. Pero antes de dar ese paso tuvo que desarrollar su actividad como sparring de muchos de ellos alrededor del mundo. Su función es directa: hacer llegar a los tenistas en las mejores condiciones de cara a los torneos, con entrenamientos previos a la competición y buscando su nivel óptimo. “La figura del sparring es muy importante, es quien calienta y entrena con los jugadores. Tienes que acostumbrarte a lo que el entrenador te propongas y adecuarte a cómo va a jugar el rival”. En una situación en la que a cualquiera le daría un ataque de nervios, él lo asume con la naturalidad del que juega un partidillo con los amigos, mientras recibe la derecha de Nadal, el saque de Alcaraz o el revés de Azarenka. “Impresiona bastante tener una top- 10 al otro lado, pero tienes que enfocarte en hacer el trabajo bien”.
García, actual entrenador de Zidansek y Arantxa Rus, durante sus primeros años entrenaba en Chamartín, compaginando torneos Futures y llegó a ser top-100 de España, pero su objetivo en mente era muy claro y siempre había soñado con entrenar a las mejores raquetas del circuito, principalmente en la competición femenina, donde, según él, es algo más fácil hacerse un hueco y poder demostrar su valía. “Empecé porque en el Mutua Madrid Open me dieron la oportunidad de ser sparring y conseguí aprovecharla. Luego he estado en la gira americana, en México... y a partir de ahí empecé a conseguir contactos y entrenar a jugadoras”. La peculiaridad de Álex es que era de los pocos sparring que acudía a tantos torneos, con el esfuerzo que eso supone, pero también adquiriendo una experiencia que “es oro”.
Primeros logros
Este año ha entrenado a la campeona de Wimbledon júnior, la americana Liv Hovde, hacia la que se deshace en elogios y que cuenta con un potencial increíble, actualmente top-10 con mayor proyección del mundo. Con respecto a los ‘grandes’, confiesa que Nadal ha sido el que más le ha impresionado. “La intensidad, competitividad y esfuerzo que le pone en cada entrenamiento es espectacular. Al principio no puedes dejar de pensar que es Rafa, pero rápidamente tienes que centrarte en hacer tu trabajo bien”.
Una de las cosas que más llamó la atención en sus inicios fue la velocidad del saque y resto de “estás bestias competitivas”, de las que asegura, que siempre presentan un trato cercano, buscando que ambos estén cómodos en la pista. A sus espaldas, más de 20 torneos como sparring le han permitido impregnarse de los mejores y con ello sumar experiencia a la hora de entrenar y asimilar ideas.
Amuleto de españoles
“Los Grand Slams son algo distinto a absolutamente todo. Todos quieren destacar y hacerlo bien y son acontecimientos increíbles a todos los niveles. El ambiente que se respira es espectacular”. Tiene muy claro cuál es su major predilecto: “Wimbledon tiene algo especial para mí, ha sido el primer Grand Slam que he ganado como entrenador y tengo un gran vínculo con el torneo”. Aunque asegura que otro de los torneos que le han marcado han sido las WTA Finals 2022, donde compartió pista durante los 15 días de torneo con Garbiñe Muguruza, con la española saliendo como vencedora.
Otro de los éxitos conseguidos tiene que ver con el tenista de moda, Carlos Alcaraz, con quién entrenó en Indian Wells y, pese a no conseguir el título, el murciano sí lograría el Masters 1.000 de Miami. Donde sí entrenó con él fue en Madrid, cuando Charly se elevó al olimpo venciendo a Nadal y Djokovic. “Cuando entrené con Alcaraz me di cuenta de que tenía algo especial. Tiene muchísimo tenis y está perfectamente aconsejado, tiene un auténtico equipazo en el banquillo y eso se nota en los resultados”.
Entrenador o sparring
“Ser entrenador es más complicado porque solo estás tú con la jugadora y tienes que estar todo el tiempo con ella. Ser sparring es muy difícil también porque tienes que dar el 100% para sacar lo mejor de la jugadora, pero creo que ejercer de entrenador es más complicado”. Finalmente, también dio su opinión acerca del coaching: “Estoy a favor. Puedes aportar cosas desde fuera que pueden cambiar los partidos. Las jugadoras lo prefieren”.
Por último, García confesó los dos deseos que más le gustaría cumplir. “Uno era ser sparring de Federer... Ya imposible. Como entrenador, ganar un Grande Slam senior. Esperemos que se den las circunstancias y poder conseguirlo”.