Djokovic salva un mal día por la retirada de Medvedev
El serbio jugará en Astaná su segunda final en ocho días tras el abandono por lesión del ruso, que le había desquiciado. Su rival, Tsitsipas.
La suerte suele aliarse a menudo con los mejores y esta vez favoreció a un Novak Djokovic que venía de más a menos en Astaná y pasó a la final por retirada de Daniil Medvedev antes del inicio del tercer set. El ruso había jugado sensacionalmente y desquiciado al serbio con su consistencia (11 errores no forzados contra los 25 de Nole), pero unos problemas en la pierna izquierda le impidieron competir al máximo rendimiento en el desempate de la segunda manga, un tie break en el que, no obstante, estuvo muy cerca de llevarse la victoria (4-6 y 7-6 (6) en 1h47). Lo perdió y, ante el estupor de un decepcionado Djokovic, que quería ganar en buena lid, decidió abandonar. Poco antes había hecho un gesto cruzando las manos y negando con la cabeza que encendió las alarmas.
“Sigo sorprendido de que lo haya tenido que dejar, porque parecía estar totalmente bien. Quizá en los últimos ocho puntos parecía más lento. Pero es un shock. Estaba listo para la batalla en el tercer set. Espero que no sea nada serio, porque Daniil es un gran tipo, un luchador y un competidor nato. No se habría retirado ni no hubiera visto que no podía continuar. Me dijo que le molestaba el aductor. Él había sido mejor en los dos sets”, explicó Djokovic tras el encuentro.
El ganador de 21 Grand Slams perdió los papeles en un lance del partido al tirar la raqueta a la grada y tuvo la osadía de protestarle al juez de silla la lógica penalización, pero se agarró a la pista, superó un mal partido y disputará su segunda final en ocho días después de ser campeón en Tel Aviv. Su rival, este domingo (12:30, Deportes 2 por Movistar+), será Stefanos Tsitsipas, que pudo en un gran partido con Andrey Rublev (4-6, 6-4 y 6-3 en 2h07).
Djokovic está en racha de ocho victorias y no había perdido ni un set en sus siete anteriores partidos (14-0), hasta que Medvedev, un muro que se mueve a toda velocidad desde sus 198 centímetros de altura, dio con la tecla para desquiciar al balcánico con infinita paciencia, buenos saques y una capacidad notable para llegar a las dejadas, hacerlas en ocasiones y superar a su rival con magníficos pasantes.
Escasa coincidencia
Era la undécima vez que se enfrentaban (7-4 para Novak), la primera esta temporada en el segundo torneo en el que coinciden (el anterior fue Roland Garros) debido a sus peculiares circunstancias, la negativa a vacunarse contra la COVID, por parte de Djokovic, y las lesiones y el veto a los rusos en Wimbledon, en el caso de Medvedev. El de Belgrado no jugaba contra un top-10 en pista dura desde las ATP Finals de 2021 y es el quinto jugador que suma al menos cinco finales en lo que va de curso, tras Alcaraz (7), Ruud (6), Tsitsipas (6) y Nadal (5). Es la 128ª de su carrera (89-38 hasta ahora, 3-1 este año) en 22 país, al sumarse Kazajistán, 18ª en un 500. Pero pudo no serlo, porque Daniil mereció más por juego y planteamiento. Sin embargo, esa suerte de la que hablamos, no estuvo esta vez de su lado.