Djokovic: “Nadal, Federer y yo no hemos sido amigos”
Djokovic concedió una entrevista al Corriere della Sera donde repasó sus inicios y la polémica por no vacunarse en el Open de Australia 2022.
Novak Djokovic ha concedido una extensa entrevista al Corriere della Sera en la que el tenista serbio no ha tenido tapujos en repasar cómo fueron sus inicios en el tenis, los sacrificios de su familia para que jugase al tenis, la polémica al no vacunarse de cara al Open de Australia 2022 y su relación en el circuito con Roger Federer y Rafa Nadal.
Un Djokovic que confesó cómo le marcó un episodio que vivió cuando tenía tan solo 10 años. “Un día, cuando tenía tan solo 10 años, estaba solo en un bosque y me encontré con un lobo. Sentí muchísimo miedo. Me dijeron que en esos casos hay que retroceder lentamente sin dejar de mirarlo. Nos miramos durante diez segundos, los más largos de mi vida, lluego giró a la izquierda y se fue. Sentí una sensación muy fuerte que nunca me ha dejado, una conexión de alma, de espíritu. Nunca creí en las coincidencias y ese lobo tampoco. Fue un encuentro corto pero muy importante, porque el lobo simboliza mi carácter. Tengo mucho apego a mi familia e intento estar con ellos, pero a veces tengo que estar solo. A veces me he encontrado solo en mi vida, con mi misión y mis metas a alcanzar y sentí que conectaba con ese lobo. Además, el lobo es un animal sagrado para los serbios”.
Djokovic también relató cómo fueron sus inicios en el mundo del tenis y el papel tan importante que tuvo la figura de Jelena Gencic. “Mis padres iban a una pizzería que se llamaba Red BUll y enfrente construyeron las pistas de tenis. Tenía seis años y fue una suerte que Jelena apareciera. No había sitio para mí en las pistas y detrás de la valla veía a los otros niños jugar. Luego encendí la tele buscando un partido de tenis y vi la final de Wimbledon en la que Sampras venció a Courier. A la mañana siguiente Jelena se me acercó y me dijo: ‘Buenos días pequeño, ¿sabes lo que es el tenis?’ y le dije ‘¡Sí, ayer vi la final de Wimbledon!’ y me dijo ‘¿Quieres probarlo?’ Y Jelena vio algo dentro de mí. Todo lo aprendí de ella y soy tan perfeccionista como ella. Descubrió a Mónica Seles y me hizo pensar así: ‘¿Quieres una coca-cola? Mónica Seles no bebe coca-cola. ¿Quieres una hamburguesa? Mónica Seles no toma comida rápida’. Me hizo crecer como hombre y me preparó para la vida. Mi enfoque holístico, prestar atención a lo que como, cómo duermo, cómo me recupero, mis pensamientos... todo lo aprendí de ella. Me enseñó vídeos del revés de Agassi, el saque de Sampras, la volea de Rafter y Edberg y la derecha y los saltos de Becker. Pero mi favorito era Guga Kuerten. Cuando gané Roland Garros en 2016 le pedí permiso para celebrarlo a su manera y dibujar un corazón gigante sobre la arcilla”.
En la entrevista el tenista serbio también analizó cómo ha vivido las críticas por su negativa a vacunarse contra el coronavirus. “Con lo de la vacuna he sufrido mucho pero mucha gente ha aplaudido que me mantuviese firme. El 95% de lo que se ha escrito y dicho sobre mí en televisión en los últimos tres años es falso. Yo no soy antivacunas y nunca he dicho que lo fuera. Tampoco soy pro-vacunas. Defiendo la libertad de elección, es un derecho humano fundamental ser libre para decidir qué cosas inyectarse en el cuerpo y cuales no. Lo expliqué en una entrevista en la BBC a mi regreso de Australia, pero eliminaron muchas frases que no les convenían, y por eso no hablé más de esta historia”.
Una negativa a vacunarse que hizo que Djokovic viviese como en una auténtica prisión durante una semana cuando intentó entrar a Australia en 2022. “Lo de Australia fue una auténtica prisión. No podía abrir la ventana. Estuve menos de una semana, pero encontré que había gente joven y refugiados de guerra que llevaban mucho tiempo allí. Mi caso sirvió para esclarecer los suyos y casi todos han sido liberados, y eso me consuela. Un joven sirio llevaba nueve años allí y ahora está en América. El juez aceptó mi apelación pero el ministro de Inmigración, que tenía potestad para deportar a quien quiera me expulsó. Yo no rompí las reglas, entré en Australia con los documentos correctos. Tuve COVID y me curé. Cumplí las reglas y no puse en riesgo a nadie. Pero luego me convertí en un caso político, como si hubiera puesto en peligro al mundo. Los medios me convirtieron en un objetivo que se opusiera a la corriente principal. Dijeron que estaba en contra de la vacunación, algo totalmente falso. La sociedad se dividió y a mí me pusieron en medio como persona non grata, me sentí como una oveja rodeada de veinte loboso. Y un hombre solo frente a grandes medios no tiene posibilidades. Pero me olvido rápidamente y pienso en cosas positivas. Pasé el COVID por sgeunda vez y acepté las reglas, por lo que no pude ir a Estados Unidos. Renuncié dos veces al US Open para ser coherente conmigo mismo. Volví a Australia y gané, pero me decepcionó como se portaron los medios y muchos compañeros”.
‘Nole’ también reveló el inmenso sacrificio de su familia para poder seguir jugando al tenis después de haberlo perdido todo tras los bombardeos en Belgrado. “Con la guerra perdimos todo y mi padre tenía un billete de diez marcos y nos dijo ‘Esto es lo que nos queda’. La matrícula para la escuela de Nikola Pilic, que Jelena Gencic me había recomendado, costaba cinco mil al mes. Y mi padre lo pagó para que entendiera que tenía una responsabilidad. Fue a los prestamistas y criminales, y Serbia con el embargo era un lugar muy peligroso. Le pidieron un 12,5% de interés. Luego añadieron: ‘¿Tienes prisa? ¿Sí? Lo subimos al 15%. Y mi madre también trabajó y sufrió mucho”.
Djokovic también analizó cómo es la relación entre él, Federer y Nadal, y aunque aseguró que existe mucho respeto entre ellos, no cree que exista la amistad con el suizo y el español. “Federer, Nadal y yo nunca hemos sido amigos, entre rivales no es posible, pero tampoco hemos sido enemigos. Siempre he tenido respeto por Federer. Es uno de los más grandes de todos los tiempos. Ha tenido un impacto extraordinario, pero no he estado cerca de él. Y Nadal es un año más que yo, además los dos somos géminis y al principio íbamos a cenar juntos. Pero las amistad con él también es imposible. Siempre le he teniso en estima y le he admirado muchísimo. Gracias a él y a Federer he crecido y me he convertido en lo que soy. Y esto nos unirá para siempre y les estaré siempre agradecido. Nadal es una parte de mi vida, en los últimos 15 años le he visto más que a mi madre”.
El tenista de Belgrado también respondió a cómo logró sobreponerse a situaciones muy difíciles en los dos partidos más duros para él en su carrera. “En la final de Wimbledon 2019 vi que el público gritaba ‘Roger, Roger’ y para mí los gritos se convirtieron en ‘Novak, Novak’. Esa final fue uno de los dos grandes partidos de mi vida. El otro fue la final del Open de Australia 2012 con Nadal, una batalla física de casi seis horas. En muchos torneos, cuando jugaba ante Federer y Nadal, la gente estaba en mi contra, pero me decía a mi mismo: ‘tienes que desarrollar la fuerza dentro de tu cabeza o no ganarás’. Pero no es fácil transformar el apoyo al rival en energía, no siempre funciona. Como decía Michael Jordan: ‘Fallé, fallé, fallés y gané’”.
A Djokovic también le preguntaron por su faceta de imitador, algo que no ha dejado tal y como demuestra en las exhibiciones de los torneos. “Federer no me pidió que dejase las imtaciones y no lo dejé. Este año en el show de Montecarlo imité a Andy Murray, Medvedev y a Snopp Dogg. Nunca he imitado a alguien para ofenderle, sino para divertirme. Y luego me lo pidió Lea Pericoli tras la final de Roma 2009 contra Nadal. Imité a Nadal porque ganó, si hubiera ganado yo, nunca lo habría hecho. Si le imito después de ganarle, creo que Rafa me mata”, aseguró entre risas el serbio.