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Daniil Medvedev
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Roberto Bautista
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TENIS | HALLE

Bautista se carga a Medvedev para reencontrarse a lo grande

El español vence al número tres del mundo, líder del año en victorias, y accede a las semifinales en Halle, contra Andrey Rublev.

Bautista se carga a Medvedev para reencontrarse a lo grande
EDITH GEUPPERTREUTERS

No hay mejor forma de reencontrarse. A 10 días de Wimbledon, con revancha incluida y contra el primer cabeza de serie. El jugador con más victorias de la temporada (41), para mayor mérito, que terminó en el suelo ante un Roberto Bautista impecable, académico, como es él. Como hacía meses que no se le veía. El español, tras vencer a Daniil Medvedev (7-5 y 7-6 en 1h53), número tres del mundo, ya está en las semifinales del ATP 500 de Halle, en las que se medirá con Andrey Rublev (7º), que superó a Tallon Griekspoor en tres sets (3-6, 6-3 y 6-4 en 1h59). El castellonense, 23º en el ranking, había alcanzado los cuartos de final, en los que le venció el año pasado el ruso, en cinco de sus seis apariciones en el torneo. Ha roto el muro, igualando su mejor ronda de siempre (2018), cuando más lo necesitaba.

Róber no estaba pasando por su mejor momento. Arrancó el año con una final, en Adelaida. Luego, en el Open de Australia, alcanzó los octavos. Desde entonces, sin embargo, no había podido sumar más de dos victorias seguidas en ningún torneo. A Alemania, llegaba tras perdonar una ventaja de dos sets en Roland Garros, contra Juan Pablo Varillas. De la tierra, amarga, a la hierba, dulce. Lo suele ser para el jugador castellonense (44 victorias y 18 derrotas en su carrera). Llevaba una semana impecable. Frente a Medvedev, con su antiguo entrenador en las gradas, Pepe Vendrell, volvió a rozar la perfección. “Creo que puedo moverme bien sobre hierba, me considero un jugador rápido. Mis golpes son planos, pero lo más importante de todo es que disfruto jugando en esta superficie”, analizaba tras la victoria. Minimizó fallos y aprovechó los del ruso, más errático de lo normal. Sobre todo, con su servicio, con cuatro dobles y porcentajes muy bajos.

Jugar contra Daniil es subirse a una montaña rusa. En los dos primeros juegos del partido, con intercambio de breaks, Bautista pareció comprar billetes para la atracción, pero se bajó a tiempo. La conoce (ha ganado al ruso en cinco de sus siete enfrentamientos). Cedió su saque, lo recuperó y se recuperó. A él mismo. A ese jugador que raramente concede puntos gratis. Medvedev, en cambio, los perdió de todos los colores. Se le escapaban de las manos mientras se desesperaba y Bautista mantenía la calma. Pasó en el primer set, un ejercicio de paciencia, y en el segundo, de inicio prometedor para Roberto. El español se generó oportunidades de rotura en los tres primeros juegos de dicho parcial. Sensaciones encontradas. Buen tenis, muchas vidas perdonadas.

Un tie-break como resumen

Puedo haberlo pagado, pero no lo hizo. Lejos de ello, reaccionó al primer aviso. Cuando Medvedev, de risa nerviosa, dispuso de su primera oportunidad de break en la segunda manga (con 4-4). No alteró a Bautista. Incomodó todavía más al ruso, totalmente superado en el tie-break final, un resumen del partido. Roberto lo jugó como un veterano de la hierba, con mucho saque y derecha, acompañado de seguridad en la red (14 de 18 puntos ganados); Daniil, con la inseguridad que le había acompañado desde el principio. Sacó su rabia con el 1-3 en contra. Venía de encajar una dejada milimétrica y una derecha a la línea. Se llevó el warning por lanzar la raqueta, además de otros gestos, y se perdió. Bautista, por fin, con el All England Club al girar la esquina, volvió a ser él.