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TENIS | LAVER CUP

Alcaraz, héroe de Europa en la Laver Cup

El español, ganador del dobles con Ruud, certificó el triunfo azul ante Fritz después de la remontada de Zverev contra Tiafoe.

Berlín
Europa celebra con el trofeo y con Rod Laver su quinto título en la Laver Cup.
Europa celebra con el trofeo y con Rod Laver su quinto título en la Laver Cup.Annegret HilseREUTERS

Tras dos años de sequía y triunfos del equipo del Resto del Mundo, Europa recuperó este domingo el trono en la Laver Cup. La diferencia la marcó esta vez Carlos Alcaraz, uno de los dos grandes triunfadores de la temporada, junto con el italiano Jannik Sinner, ganadores de los cuatro Grand Slams: Roland Garros y Wimbledon el español, y Australia y el US Open el italiano. En la última jornada de la competición apadrinada por Roger Fededer, Alcaraz venció en dobles y en el decisivo partido de individuales para certificar un marcador final de 13-11 a favor del Viejo Continente, que domina por 5-2 el palmarés. El murciano cerró su debut en el torneo con tres victorias, contando la del sábado ante Ben Shelton, y solo perdió en el duelo por parejas del viernes al lado del alemán Alexander Zverev, el otro artífice de la remontada azul.

El día empezó bien para la escuadra capitaneada por Borg, que afrontaba el colofón de la Laver con un 4-8 en contra. Las victorias del domingo valían tres puntos y Alcaraz y Ruud amarraron la primera contra los estadounidenses Shelton y Tiafoe (6-2 y 7-6 (8)). El español hizo diabluras cerca de la red y el noruego brilló de fondo y estuvo muy fino para encontrar huecos al otro lado de la pista. Europa recuperaba esperanzas (7-8), aunque acto seguido las rebajaba un malhumorado y errático Medvedev. El ruso, que empezó bien ante el incombustible Shelton (dos partidos de singles y tres de dobles en tres días), cedió por sus propios errores. Tras ganar el tie-break del primer set pese a rozar la suspensión al tirar la raqueta en dirección a las gradas, perdió el siguiente y sucumbió también en el superdesempate (6-7 (8), 7-5 y 10-7). La situación, con 7-11 para el conjunto mundial que dirigía McEnroe, era límite para los locales en un Uber Arena de Berlín lleno.

Fotorrelato

En esas, el alemán Zverev, que competía en casa, tiró de orgullo para remontar contra Tiafoe (6-7 (5), 7-5 y 10-5 en 2h34). “Era un empate de ganar o morir para nosotros y sabía que tenía que poner toda mi energía y esfuerzo. El equipo me ayudó mucho con un gran coaching (instrucciones)”, dijo el número dos del mundo. Así le dejó la oportunidad a Alcaraz de reclamar el trofeo ante Fritz.

Y Carlos no defraudó. Salió a morder. Enseguida rompió el saque del americano, finalista del pasado US Open, a quien ganó el año pasado en Miami. Superior al resto y con esa mano divina que atesora, se alzó con la victoria después de superar un pequeño bache en la segunda manga (6-2 y 7-5 en 1h29).

La alegría que no pudo tener completa Federer en su retirada hace dos años en la Laver de Londres, cuando jugó aquel dobles emocional en compañía del ausente Nadal, se la llevó el suizo en la grada gracias a un alumno aventajado de los dos. “Estoy muy lejos de ese nivel”, dijo Alcaraz con modestia, cuando le dijeron que hay quien le compara con el Fed05 (Federer de 2005, un gran año tambié de Rafa), antes de celebrar el éxito. “Casi perdemos, pero Sascha me dio la opción de jugar y ganamos”. A nadie le amarga un dulce y a él este le viene muy bien. Habrá que ver si repite presencia el año que viene en San Francisco con nuevos capitanes: Yannick Noah (Europa) y Andre Agassi (Resto del Mundo), que relevan a los míticos y emblemáticos Borg y McEnroe.

Un dobles impecable

Justo después de confesar el sábado que se siente un poco saturado por la acumulación de partidos en una temporada muy exigente para él, Alcaraz se puso a disposición del equipo azul para tirar del carro en busca de un título que se había puesto muy cuesta arriba tras los éxitos de Tiafoe, Fritz y el dobles de Shelton y Tabilo. “Si consideran que tengo que jugar, yo voy a jugar”, advirtió después de lograr la única victoria del día para el Viejo Continente. El ofrecimiento fue aceptado de muy buen grado por sus compañeros y por el capitán Bjorn Borg, así que el murciano de 21 años quedó convocado para el duelo por parejas y para el último individual, contra Fritz si fuese necesario.

Tras un primer set de claro dominio europeo, desatascado pronto por una estupenda volea de Carlos con la que obtuvo el primer quiebre del encuentro, el segundo fue mucho más igualado. Alcaraz y Ruud tuvieron cerca otra break, en dos ocasiones, pero se les fueron y les tocó sufrir hasta el final. El de El Palmar, valiente y felino para saltar, rematar y defender delante, encontró el inteligente complemento de un Ruud especialista en encontrar huecos, que se prodiga más, aunque tampoco muchísimo, como doblista.

El desempate comenzó con un error de Shelton y otro de Ruud, que lo enmendó luego con un buen derechazo. Alcaraz apretó también los dientes. No era fácil superar a los habilidosos y atléticos americanos. Carlos, al quite, metió una volea bajita para propiciar el primer punto de partido, que no pudo convertir la dupla hispano-noruega. El segundo lo facilitó un drive mordido de Shelton. Y ese no se escapó. Tiafoe tiró la bola fuera y se acabó la historia.

“Anoche nos humillaron (Shelton y Tabilo con Tsitsipas como compañero), sin opciones y sentí como si no hubiera jugado dobles nunca. Fue embarazoso. Así que me fui a la cama y vi que jugaría con Carlos, algo que no entiendo después de lo que hice. Pero estoy feliz ce que tuviera fe en mí. Es un gran tío y es muy divertido jugar con él. Así que, muchas gracias a ti”, le dijo Ruud. Carlos también bromeó, pero sobre uno de los mejores golpes que hizo en el partido, una volea con efecto muy pegada a la red. “Juan Carlos (Ferrero, su entrenador) me dice en los entrenamientos que no es necesario apurar tanto, a milímetros. Pero yo pienso, que si lo hago en la práctica, lo tengo que enseñar cuando juego. Espero que lo haya visto y así no me lo vuelva a decir. Pienso que Roge (Federer) fue de los primeros que hicieron este tipo de tiros, que hacen posible lo imposible. Los he visto muchas veces y trato de alguna manera de imitarlos, como cualquier niño. Me gusta hacer disfrutar un poco a la gente”.

Medvedev, malos modos y errores de bulto

Medvedev, que ha perdido sus dos partidos en la séptima edición de la Laver Cup, había encarrilado el encuentro ante un exigido Shelton, que acaba de perder en el dobles contra Alcaraz y Ruud. Tras ganar el primer set en el desempate, pese al enfado que le supuso perder un punto y que pagó tirando peligrosamente la raqueta en dirección a las gradas, el ruso parecía lanzado hacia la victoria, con un 0-40 en el octavo juego.

Sin embargo, ese fue el punto de inflexión favorable al éxito de su rival. El de Atlanta salvó la situación límite y gracias a un remate horroroso que Daniil tiró a la red, se hizo con el parcial al apuntarse un break para ponerse con 6-5 y saque. En un nuevo tie-break, Medvedev volvió a fallar incomprensiblemente y entregó la victoria a su agotado oponente, que acabó empapado en sudor para orgullo de su protector, el mismísimo Roger Fededer. “Quería redimirme después de esta mañana —dijo Shelton—. Perdí en individuales ayer y no quería salir de aquí sin ganar, porque estaba jugando demasiado bien”, añadió el tenista de 21 años y 17º del mundo.

Zverev tira de orgullo

No quería Zverev irse de Berlín, la capital de su país, sin ganar al menos un partido. El jugador que acumula, junto con Tiafoe, más participaciones en la competición (cinco) y que ha sumado más puntos (21) desde la primera edición, en Praga 2017, se agarró a la pista y tras perder un primer set muy ajustado en el desempate, se rearmó a partir del segundo para forzar el superdesempate en un emocionante duodécimo juego.

Así revirtió el break que le colocó Tiafoe en el tercero, después de haber roto antes en el octavo. Con el cuarto punto de parcial, se llevó el gato al agua y afrontó con confianza el definitivo tie-break. Un par de errores, una caída del americano y su saque, lanzaron al hamburgués. “Era un empate de ganar o morir para nosotros y sabía que tenía que poner toda mi energía y esfuerzo. El equipo me ayudó mucho con un gran ‘coaching’ (instrucciones)”, dijo el número 2 del mundo.

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