1.324 días después, Federer ganó a Nadal... y cambió la rivalidad
En 2015, el suizo superó al español en la final de Basilea para enlazar seis victorias en el cara a cara. Tras la derrota de Davidovich, el torneo sigue maldito para España.


El ATP de Basilea no ha visto levantar su trofeo a ningún español. Este domingo, Alejandro Davidovich cayó en la final del torneo suizo, contra el brasileño João Fonseca, en el último intento del tenis nacional por triunfar en una tierra que parece maldita. Además de Foki, sólo otro tenista patrio ha sido capaz de luchar por el título a lo largo de toda la historia. Fue Rafa Nadal en 2015. Y, aunque le plantó cara, no consiguió derrocar al rey absoluto del torneo: Roger Federer. En casa, la leyenda helvética disputó 15 finales en 19 apariciones, alzándose con la victoria en 10. La de aquel año frente a su máximo rival, con resultado de 6-3, 5-7, 6-3, no fue una más.
Federer lo tuvo claro desde el preciso momento en el que triunfó. “Fue un día muy especial. Probablemente, fue mi mejor victoria aquí en Basilea”, expresó el suizo, que venía de cinco derrotas seguidas contra Nadal. Concretamente, habían pasado tres años y siete meses, 1.324 días, desde la última victoria de Roger sobre Rafa. Había sido en las semifinales de Indian Wells 2012 (6-3 y 6-4). Antes de la final de Basilea, el cara a cara entre ambos estaba en un desequilibrado 23-9. En casa, encontró una nueva fórmula con la que hacer frente a su némesis deportiva. “Han pasado más de 600 días (desde su último duelo, que había sido en el Open de Australia de 2014), así que han sucedido muchas cosas. Definitivamente, hoy tenía el plan de juego adecuado”, analizó.

El plan le funcionó hasta el desenlace de la histórica rivalidad. Con esa final de Basilea, Federer enlazó seis victorias seguidas contra Nadal. Tras dos años de sequía en cuanto a enfrentamientos directos, en 2017, el suizo se impuso al español en cuatro ocasiones (final del Open de Australia, octavos de Indian Wells, final de Miami y final de Shanghái) y, en 2019, también avanzó en las semifinales de Indian Wells, aunque Rafa no llegó a disputar aquel partido por una lesión de rodilla. Tras la racha, Roger remontó en el cara a cara hasta el 23-15. “Estoy feliz por haber mantenido mi juego agresivo. Ganar Australia con esa táctica te da la confianza para seguir jugando así”, dijo Federer después levantar el Slam oceánico en 2017, dando una de las claves de su antídoto. “Mi padre fue el primero en decirme que golpeara fuerte el revés, que no me echara atrás y le diera con slice”, añadió tras Indian Wells de ese año.
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Después de la racha de la leyenda suiza, Roger y Rafa sólo jugarían dos partidos más el uno contra el otro. Fueron en las semifinales de Roland Garros 2019, con victoria para Nadal, y en las de Wimbledon de ese mismo año, con triunfo para Federer. Un desenlace de orden cósmico para una rivalidad especial. “Djokovic es el jugador al que me he enfrentado más, pero, para mí, mi mayor rival ha sido Federer”, dijo Nadal en su primera entrevista tras anunciar su retirada, para este periódico. “Con Roger tengo claro que es porque fue un contraste muy acusado de estilos y de formas de ver y enfocar el deporte”, añadió. El respeto y el contraste de estilos se vivió hasta sus últimos duelos. Y Basilea 2015, tierra que sigue maldita para el tenis español, fue un punto de inflexión en ellos.
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