Fonseca deja a Munar sin final a base de zambombazos

Una vez más, las semifinales de un torneo ATP se le atragantaron a Jaume Munar, que ahora tiene un balance de 1-6 en esta ronda a lo largo de su carrera. La de Marbella en 2021 continuará siendo la única final a la que ha llegado el español, de 28 años y 42º del mundo (subirá al 36º puesto), que este sábado se quedó nuevamente a las puertas del partido por el título, esta vez en el ATP 500 de Basilea. El balear chocó contra un inspirado João Fonseca, que cosió a su rival a derechazos para hacerse con el triunfo por 7-6 (4) y 7-5 en 1h53 de un partido en el que el brasileño colocó 40 ganadores. A sus 19 años, Fonseca disputará la segunda final de su vida tras la que ganó en febrero de este año en Buenos Aires, y ante Alejandro Davidovich, que avanzó por la retirada de Ugo Humbert cuando ganaba por 7-6 (4) y 3-1 en 1h17, optará el domingo (15:30, M+) a levantar el título más importante de su temprana trayectoria.

En absoluto jugó Munar un mal partido. El de Santanyí, que estaba cuajando una sensacional semana en Suiza con victorias sobre Ben Shelton y Felix Auger-Aliassime, fue fiel a su plan de madurar los partidos, y supo muchas veces defenderse de los constantes ataques de Fonseca. El brasileño, que tiene un misil por brazo derecho, se quedó a gusto con una infinidad de latigazos (27 winners con la derecha), y encima estuvo muy fino al saque: 85% de puntos ganados con su primer servicio. Capaz de lo mejor y también de lo peor, como se evidenció en varios puntos en los que tuvo errores groseros, Joao estuvo más acertado que de costumbre (únicamente 18 errores no forzados), y gracias a ello se convirtió en el primer brasileño que llega a una final superior a la de un ATP 250 desde Guga Kuerten en Indian Wells 2003.

“Sabía que iba a ser un partido complicado, Jaume estaba jugando bien en esta superficie. Él te pone mucha presión, tienes que defenderte todo el rato, y a mí no me gusta jugar contra chicos así, quiero ser agresivo e ir a por los ganadores. Ha sido una mezcla de ataque y defensa durante el partido, él ha sacado muy bien y hacía un gran primer golpe. He podido mantener mi servicio, tomar las oportunidades que he tenido. Jugué bien el tie-break, él siguió ahí mentalmente, así que estoy contento con el partido. He tenido una buena mentalidad y me apetece mucho jugar la final”, resumió el de Río de Janeiro, que destacó la importancia del tie-break del primer set. Ahí, tras un parcial inicial increíblemente igualado y sin opciones de break para ningún jugador, jugó maravillosamente bien los tres últimos puntos, de nuevo con la derecha como arma demoledora, para hacerse con la manga.

Fue duro el golpe para Munar, que pese a ello no arrojó la toalla. El español, un batallador nato, logró algo que parecía tarea imposible a lo largo del día: rompió el servicio de Fonseca, al que en absoluto le tembló el pulso en los momentos calientes. Recuperó la desventaja el joven, el cuarto finalista de menor edad en Basilea, y liquidó el partido con muchísima sangre fría: cuando Jaume sacaba para un nuevo tie-break, ganó tres puntos seguidos para sellar su billete al duelo por el título. “Ha sido un año increíble, lo empecé siendo el 130 del mundo, ahora estoy en el top-50, en mi primera final de ATP 500. Nos hemos centrado mucho en las semanas en las que íbamos a jugar. No fui a Asia, estaba un poco enfermo, y seguí trabajando en mi mentalidad. Estoy aprovechando las oportunidades, muy feliz por estar aquí y vamos a por el trofeo”, festejó un Fonseca que continúa con su progresión tras un periodo valle repleto de dudas. Si es capaz de jugar como este sábado de forma consistente, hay aquí un tenista muy serio.

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