Collins se da un homenaje antes de colgar la raqueta

Danielle Collins se dio un homenaje en Miami antes de colgar la raqueta a final de temporada. A sus 30 años, desde el número 53 del mundo y sin ser cabeza de serie, la estadounidense pudo con Elena Rybakina (4ª) por 7-5 y 6-3 en 2h02 para adjudicarse el primer Masters 1.000 de su carrera.

Collins, que juega sin patrocinador, logró el tercer título de su palmarés después de ganar Palermo y San José. La dos veces campeona de la NCAA, natural de Miami y que en 2022 llegó a la final de Australia contra todo pronóstico, se aprovechó del cansancio de Rybakina. La kazaja no había podido defender título en Indian Wells por un virus estomacal, se presentó en Miami sin tocar raqueta durante ocho días y vivió un calvario para acceder a la final, con todos sus partidos menos uno a tres sets y con 69 juegos disputados. Una agonía.

En el primer parcial, la local salvó cinco bolas de break y consiguió el suyo cuando hacía falta: para cerrar el set evitando el desempate. En el segundo, a la primera oportunidad se procuró otra rotura, pero nerviosa dejó que Rybakina se la devolviera de inmediato. La ansiedad por finiquitar el partido hizo que Collins lo pasara mal, pero tras un segundo quiebre para 5-3, a la cuarta bola de partido logró cerrar y se echó a llorar tras soltar la tensión.

Collins, ante la mirada de leyendas como Martina Navratilova o Andre Agassi, vivió su gran día y consumó la sorpresa convirtiéndose en la segunda campeona no cabeza de serie en Miami desde Kim Clijsters en 2005. Un regalo para su último año en el circuito.

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