Bernabé Zapata se despide de París con la cabeza alta
El valenciano lo dio todo y apretó mucho a Zverev, que llega por cuarta vez a los cuartos de final y se enfrentará el martes a Alcaraz o Khachanov.
Bernabé Zapata volverá a España orgulloso y con la cabeza alta, pese a perder este domingo contra Alexander Zverev en los octavos de final de Roland Garros: 7-6 (11), 7-5 y 6-3 en 2h45. No es pare menos, después de haber alcanzado la cuarta ronda del Grand Slam francés tras ganar tres partidos en la previa y otros tres en el cuadro principal, dos de ellos, ante rivales con mejor ranking que él (Fritz e Isner).
El valenciano de 25 años, que saldrá del torneo en el top-100 (entre el puesto 95º y el 100º), puso en muchos apuros al alemán, número tres del mundo, en los dos primeros sets. De hecho, tuvo tres puntos para ganar el primero en el desempate. Y en el segundo, un quiebre de ventaja (4-2). No paró de correr Bernabé, ante un Zverev fallón (63 errores no forzados), pero con la suficiente seriedad y golpeo para no dejarse ir. Y no lo hizo, por desgracia, para el español, que acabó un tanto agotado, probablemente por la acumulación de días de competición y de partidos.
Aun así, no se rindió en ningún momento e intentó recuperarse en la tercera manga cuando el hamburgués le rompió dos veces el saque. Tuvo un 15-40 y una ventaja para igualar, y se dio la oportunidad de seguir soñando con una improbable remontada. Le pegó a la bola con el alma, pero las fuerzas no le daban para más. El torneo que ha hecho le servirá para ganar confianza y creer en las posibilidades que tiene de estar más arriba. Zverev sí le tiene fe: "Ha hecho el mejor tenis de su vida y si continúa así se convertirá en un gran jugador. Da gusto competir contra un rival así. Espero verle más por las pistas y, con esa actitud, no sé por qué no va a subir más puestos en el ranking".