El drive le da a Albert Ramos una victoria de prestigio
El español venció con 27 winners de drive a Norrie (10º del mundo). Se enfrentará a Hurkacz, que apeó a Pedro Martínez. Carreño pasó por retirada de Bublik.
Albert Ramos demostró una vez más que cuando su magnífico drive de zurdo funciona sobre tierra batida es un tenista capaz de ganar a cualquiera, más aún en Montecarlo, donde superó a Murray (1º) y a Cilic (5º) en 2017 antes de ser finalista y ceder ante el Dios de la arcilla, Rafa Nadal. Este miércoles en el Masters 1.000 de Montecarlo, el español consiguió su octava victoria ante un top-10, Cameron Norrie (séptimo cabeza de serie del torneo y 10º del mundo) con 27 golpes ganadores de derechas para un total de 37: 6-4, 2-6 y 6-4 en 2h30. Se enfrentará el jueves (15:00) en octavos al polaco Hubert Hurkacz, que ganó a un Pedro Martínez que luchó hasta el final y le jugó de tú a tú al 11º favorito antes de perder por 6-3, 4-6 y 6-4 en 2h12..
Además, Ramos se sobrepuso a unas molestias lumbares por la que tuvo que medicarse antes y durante el partido para imponerse ante uno de los rivales más estables y consistentes del circuito, el británico de 26, zurdo como él, a quien tiene tomada la medida, ya que esta es la cuarta vez que le gana en cinco enfrentamientos. La clave de triunfo de Ramos estuvo en la mitad del tercer set, cuando en el sexto juego, el catalán salvo un punto de quiebre, justo antes de romperle él el saque a su rival para tomar una ventaja que no desperdició.
Carreño pasa por retirada de Bublik
En un partido extraño, mal jugado por su parte, Pablo Carreño tuvo la suerte de pasar a la tercera ronda por retirada de Alexander Bublik cuando le ganaba por 4-6, 7-6 (3) y 4-3. Suerte porque de no haberse mantenido en la segunda manga cuando restó con 5-4 en contra, en mitad de un mar de dudas y autoreproches, el gijonés habría hecho las maletas con destino a Barcelona. Pero tuvo un arranque de fe para remontar ante el estrafalario kazajo de 24 años y 36º del mundo que un par de días antes había echado pestes contra el tenis sobre tierra ("Odio esta superficie, lo confieso", dijo tras superar la primera ronda).