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COPA DAVIS | ESPAÑA-RUMANÍA

Pedro Martínez: "Quiero tocar mi techo, que no sé cuál será"

El alzireño de 24 años ganó su primer título ATP hace una semana en Santigo de Chile y debutó con España en el punto de dobles contra Rumanía. Antes charló con AS.

MarbellaActualizado a
Pedro Martínez: "Quiero tocar mi techo, que no sé cuál será"
Álvaro Díaz / RFET

Pedro Martínez (Alzira, 24 años), último campeón ATP español, ganador en Santiago de Chile hace sólo una semana, charló con AS en Marbella antes de su debut con España en el punto de dobles la eliminatoria contra Rumanía, de clasificación para las Finales de la Copa Davis. Ha progresado mucho desde 2020, es top-50 y no sabe aún cuál será su techo.

¿Por qué decidió jugar al tenis?

Mis padres se mudaron a una casa muy cerca del Club de Tenis Alzira cuando tenía seis años y yo ya iba allí desde los tres o cuatro. Así que toda mi infancia la recuerdo allí, con una raqueta en la mano, jugando al pilla pilla o al fútbol, pero siempre muy cerca del tenis. Desde que tengo uso de razón estuve ahí centro.

¿Cuándo se dio cuenta de que podía ser un buen jugador profesional?

Nacho, el entrenador que yo tuve al principio, cuando era pequeño, me dijo que si quería ir a Oliva, un pueblo cercano, y practicar en pistas de tierra con más gente. Algunos días iba allí y destacaba sobre los otros chicos del club. Con 14 años ya iba a una Academia y empecé a estar más por y para el tenis. Con 16 fui al CAR de Barcelona con la Federación Española hasta los 19 cuando empecé a jugar Futures.

¿Quiénes fueron sus primeros referentes?

La época de Ferrero y Moyá me pilló muy pequeño. Era consciente de que estaban ahí, pero no entendía el tenis. Empecé a entenderlo con Ferrer y con Nadal.

¿Intentaba imitar su estilo?

Me fijaba en ellos, pero cada uno debe tener su propio estilo, y aunque intentes imitar el de otros, es muy difícil. Motiva mucho ver a los jugadores tan buenos que hemos tenido en España, ya no solo Ferrer y Nadal, sino también Almagro, Verdasco, Feliciano… un montón que podría nombrar en la cultura de tenis tan amplia que hay en este país. Siempre intentas coger algo de cada uno.

¿Le fue complicado dar el paso a profesional, llegó a desesperarse en algún momento?

Tuve un momento un poco malo cuando perdí en mi primera previa de Roland Garros (contra el salvadoreño Arévalo en 2018), porque era un partido que tenía ganado y me vi cansado de cabeza después de competir en mucho Futures. Paré dos semanas y luego volví a jugar con ganas y fui más hacia arriba. De todas formas, yo diría que ha ido todo bastante bien. No he tenido una explosión como la de Carlos Alcaraz, porque eso le pase sólo a gente elegida. Siempre he ido a una media de un notable sin parar nunca en una estación mucho tiempo, quemando etapas a un ritmo medio-alto. Creo que estar 50 del mundo con 24 años está muy bien hoy en día.

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"Hubo un año (2018) que me vi cansado de cabeza después de competir en mucho Futures"

Comienzos

¿Es más difícil entrar en el top-100 o mantenerse?

Entrar en el top-100 es difícil, porque tienes que ganar muchos partidos en Challengers o bien pasar las qualys de los Grand Slams, que fue mi caso. Cada semana tienes dos o tres partidos extra para poder entrar en el cuadro principal. Cuando te metes en el top-100, los partidos son más caros de ganar, pero en el momento en que ganas la recompensa de puntos es mayor. Con menos ganados puedes sumar más. Pero, por otro lado, hay que estar preparado también para pasar de jugar tres o cuatro cada semana a tener semanas de uno o dos. Necesitas más nivel.

¿Cuál es la clave de su salto cualitativo en los dos últimos años?

El año en el que arrancó la pandemia lo empecé jugando muy bien. Gané un partido en el Open de Australia y algunos en Sudamérica, logré victorias en todos los torneos. Me sentía bien, porque vi que podía jugar con los de arriba, que estaba a su nivel. Pero todos tuvimos mala suerte con el parón del circuito y del ranking. Con la racha buena que yo llevaba y cómo me estaban saliendo las cosas, creo que hubiera seguido escalando posiciones. Luego volví a jugar bien, pero lo que pasó con el ranking me benefició en algunos aspectos y me perjudicó en otros. Creo que desde que 2020 he estado bien. El año pasado hice final en Kitzbuhel (la perdió contra el noruego Ruud, un top-10) y en 2022 he ganado partidos en cada torneo. Me estaba costando acumular más de uno o dos por semana, pero con Gerard (Granollers) competía y me lo dejaba todo. Si seguía por ese camino, tenía fe en que iban a llegar los resultados. Y mira por dónde, la semana pasada sonó la flauta en Chile.

¿Hasta qué punto le liberó ganar ese título?

Fue muy importante para mí, porque di un buen salto en el ranking. Contra Munar en segunda ronda, saqué para ganar y al final lo tuve que resolver en el tercer set. Contra Hanfmann hice mi mejor actuación después con un doble 6-2, y en las semifinales y la final tuve que remontar en unas condiciones complicadas. Lo que mejor hice esos dos días fue competir bien y sacar los partidos adelante sin encontrarme bien ni jugar mi mejor tenis, algo muy positivo para aprender a afrontar esas situaciones.

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ATP

"Fue muy importante para mí, porque di un buen salto en el ranking"

Título en Santiago

En pleno discurso en la entrega de trofeos de Santiago de Chile, se le saltaron las lágrimas cuando recordó que venía de pasar unos meses complicados. ¿Qué pasó?

Que se me deshizo el equipo en diciembre. Yo estaba con Dani Gimeno Traver y con Sergio Gallego. Y Dani me dijo que tenía una gran oportunidad de irse con Roberto Bautista. Yo me quedé un poco con una mano delante y otra detrás. Estaba todo hecho para empezar el año siguiente y no me esperaba para nada eso. Fue algo difícil afrontar sobre todo también por la época del año, a dos semanas del Open de Australia. Me quedé sin equipo y por eso le doy es mucho valor a la llegada de Gerard, porque él estaba con su hermano Marcel en buena posición, llevaba un top-10 de dobles y las condiciones eran muy buenas. Me alegra que decidiera apostar por ir también conmigo en una esa época y por eso me emocioné. Fueron meses difíciles en los que estaba haciendo cosas bien y a gusto. Para cómo podrían haber ido, la verdad que estoy encantado del cambio y por eso le di las gracias a Gerard, porque fue un momento bonito después de todo.

¿Qué expectativas tiene ahora?

No me gusta ponerme expectativas. Prefiero ir día a día, trabajando, sabiendo lo que tengo que hacer, como he hecho hasta ahora. Con eso quiero tocar mi techo, que no sé cuál será. Con eso, si he sido el 20 del mundo, el 25, el 30, el 50 o el 130, me quede con la conciencia tranquila porque he dado todo lo que tenía. Ese es el mayor premio que uno se puede dar a sí mismo.

¿Qué hay que tener en el tenis actual para triunfar?

El tenis ha cambiado mucho en los últimos años. Creo que se está yendo mucho al tema físico. Todo el mundo está muy bien preparado, la gente cada vez aguanta más y me sorprende ver jugadores con edades que antes eran impensables rendir a tan buen nivel. Hay que estar preparado tanto física como mentalmente todas las semanas, porque esto cada vez es más difícil, la gente tiene mucha hambre y hay mucha competencia.

¿Cuál diría usted que es su fuerte como tenista?

Soy un jugador que tiene variedad, que no siempre juega a la misma manera. Me puedo adaptar bien a jugar en todas las superficies y cuando salgo intento competir como sea y dando lo que hay ese día al cien por cien, aceptando las condiciones y, dentro de lo que hay, sacando el mejor rendimiento posible. Me esfuerzo mucho en aprovechar todo lo que hay ese día para sacarle el máximo rendimiento posible.