Zverev sospecha de Tsitsipas y el griego carga con el árbitro: "No tiene la mejor reputación"
El alemán acusó al padre de Tsitsipas de mandarle a su hijo instrucciones con el móvil cuando este se fue al bañó. El juez de silla le impidió hacerlo una segunda vez.
El partido entre Alexander Zverev y Stefanos Tsitsipas fue una auténtica batalla tanto en la pista, con un partidazo que duró dos horas y 41 minutos, como en los descansos y fuera de ella, con acusaciones por parte del alemán y protestas contra el árbitro por parte del griego.
Tras perder por 6-4 el primer set, Tsitsipas pidió permiso para ir al baño a cambiarse, algo que los jugadores habitualmente no suelen hacer tan pronto. Durante esa interrupción, que duró unos siete minutos, Zverev acusó al padre de Tsitsipas de mandarle instrucciones a su hijo mediante el móvil ("Esta todo el rato con eso. Lo hace siempre, en París fue igual", le espetó) y se lo dijo al juez de silla, el egipcio Adel Nour, quien le contestó que no podía decidir nada sobre eso y que se limitaba aplicar las reglas, que eso era responsabilidad del jugador. Tsitsipas se llevó una buena pitada al volver a la cancha.
El partido continuó y al final del segundo parcial, con igualdad en el marcador, pidió marcharse otra vez al vestuario, lo cual no le estaba permitido porque en partidos a tres mangas sólo pueden salir una vez al baño. El heleno se enfadó y discutió con Nour, que no dio su brazo a torcer. Después, en rueda de prensa se despachó a gusto con él: "No tiene la mejor reputación en el circuito entre los jugadores. Estaba totalmente empapado y quería ir al baño. Pero no me dejó. No sé si esto depende de la reacción de los jugadores o de las reglas lo dice, luego lo miraré, pero ya he tenido problemas en el pasado con este árbitro. No sé por qué es tan estricto. No es nada agradable".
Los descansos de Tsitsipas
Para colmo, durante su rueda de prensa, un periodista le echó en cara a Tsitsipas que usara tanto y durante mucho tiempo los descansos para ir al baño, que explicara que hacía en ellos. A lo que el jugador contestó con enfado: "No es una locura, ni astrofísica. Me voy para cambiarme de camiseta. No creo que sea agradable cambiarse de pantalones delante de la gente en la pista, por eso salgo. Prefiero hacer eso y ponerme otras zapatillas en el vestuario. Sudo más que otros jugadores, y no voy a dejar de hacer lo que hago".