Un épico Bautista derriba al gigante Isner en su salsa
El español venció en su terreno al estadounidense, que llevaba 11 desempates consecutivos ganados en Miami. Se enfrentará en cuartos a Medvedev.
Roberto Bautista dio este martes en Miami una nueva lección de pundonor y fe para vencer a uno de los jugadores más difíciles de superar en el Miami Open, John Isner, campeón en 2018 y finalista en 2019. El castellonense lo hizo además en un terreno vedado en el torneo para los rivales del estadounidense, el desempate. El gigante de Greensboro (2,08) había ganado 11 tie-breaks consecutivos en el torneo hasta que cedió quizá en el decisivo, el que le dio un gran triunfo a Bautista por 6-3, 4-6 y 7-6 (7) en 2h:18. En cuartos, ronda que alcanza en este Masters 1.000 por segunda vez, se enfrentará en la madrugada del miércoles al jueves, no antes de las 02:30, al primer cabeza de serie, el ruso Daniil Medvedev, que sometió sin excesivos problemas al Frances Tiafoe (6-4 y 6-3).
El español se sacó la espina de un mal balance ante Isner (3-1, ahora 3-2), que en 2019 le apeó en cuartos y con dos desempates. No le ganaba desde 2016 en Auckland. Fue una venganza fría, paciente y muy trabajada, en un duelo que fue una montaña rusa de sensaciones y momentos. El primero fue favorable a Rober, que sorprendió con un desempeño al servicio que hubiera firmado su rival, uno de los mejores del circuito en ese aspecto. El número 12 del mundo, virtual 11, sólo cedió dos puntos con su saque en el primer set y cometió cuatro errores no forzados. Así le hizo dos breaks a su oponente, una animalada al alcance de muy pocos. Pero no podía ser tan fácil la victoria y el bueno de John elevó su nivel y se lio a cañonazos (terminó con 23 aces). También mejoró mucho al resto y sorprendió a Bautista, que logró al menos asegurarse la ventaja de empezar al saque en la tercera manga. No le ayudó mucho la actitud de un fanático provocador que le sacó de quicio desde la grada y quien espetó que se callara “la p… boca”.
Ese detalle tuvo mucha importancia, porque remar con el marcador a su favor le dio tranquilidad y confianza. Con algunos apuros y pocas opciones como restador, alcanzó la suerte del desempate y lo jugó con arrojo y determinación. Y eso que empezó con un 3-0 en contra que hubiera deprimido a cualquiera. Pero no al titán de Castellón, que es uno de los mejores tenistas del planeta. Isner se atrapó en un par de lances y Bautista le cazó tras levantar un punto de partido y desaprovechar otro. Su celebración resonó en el Hard Rock Stadium. No era para menos.