TENIS | DUBÁI

Muguruza se corona con un título en su tercera final del año

La española rubrica con un título en su tercera final que es la mejor de 2021 (18 victorias). Sólo Osaka le supera en la carrera a las Finals porque ganó el Open de Australia.

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Garbiñe Muguruza demostró este sábado que es la mejor tenista de 2021. Le faltaba un título para rubricarlo y se coronó por fin en su tercera final del curso. Ashleigh Barty, número uno del mundo, y Petra Kvitova, ganadora de 28 trofeos (dos en Wimbledon), le habían dejado sin premio en Melbourne (Yarra Valley Classic) y Doha (Qatar Open). La española, primera que triunfa individualmente en Dubái (Vivi Ruano ganó en dobles en 2005) se desquitó con una victoria muy trabajada ante Barbora Krejcikova: 7-6 (6) y 6-3 en 2h:10. No la pudo seguir en directo por culpa del coronavirus su entrenadora, Conchita Martínez, que vibró a través de un móvil manejado por la fisio Adriana Forti, que durante las dos últimas semanas hizo también las veces de coach y preparadora. "Se lo dedico especialmente a ella", dijo la vencedora en un recinto sin público por las restricciones de la pandemia.

La checa de 25 años y 63ª del mundo, excelente doblista, fue un escollo inédito y más duro de lo esperado, el colofón en cuanto a dificultad de un torneo en el que Muguruza tuvo que ganar a Begu y Anisimova, y después a tres cabezas de serie, Swiatek (8), Sabalenka (3) y Mertens (10), antes de triunfar. No fue con su mejor actuación, pero se lo merecía porque es líder del año en victorias (18) y finales (3). Sólo le supera en la carrera al Masters Naomi Osaka por los 2.000 puntos que sumó como campeona del Open de Australia. Y con el octavo entorchado de su carrera (primero desde abril de 2019 en Monterrey), un WTA 1.000, el cuarto más importante después de Roland Garros 2016, Wimbledon 2017 y Pekín 2015, la caraqueña sale del Emirato Árabe tres puestos más arriba de lo que estaba en el ranking. Es 13ª, 336 tantos del top-10.

Garbiñe tuvo que lidiar con la incomodidad de jugar contra una rival insoportable de principio a fin. Pongamos ejemplos: retrasó el inició del partido para ser atendida por una ampolla en el dedo gordo de la mano derecha que debería haberse tratado antes de salir a la pista; durante el juego, se tiró decenas de veces mal la bola al sacar; entre el primer y el segundo set se fue al vestuario y tardó 12 minutos en volver; y pidió bastantes veces el ojo de halcón sin acertar en ninguna ocasión con sus reclamaciones. Un suplicio para Muguruza, que demostró nervios de acero y esa fuerza mental claramente mejorada que le lleva al éxito con regularidad. Es justo reconocer que Krejcikova también lució virtudes. Entre ellas, una facilidad notable para generar potencia con sus golpes sin aparente esfuerzo; el buen manejo de las direcciones y, en consecuencia, del ritmo del encuentro. Sólo se le vio el plumero en el desempate, cuando cometió un par de errores de bulto que evidenciaron por qué no está más arriba en el ranking individual. Antes, con 6-5, Muguruza había tenido tres puntos de set.

Consolidación

Tras el eterno descanso al final de la primera manga, Garbiñe abrió el marcador de la segunda con un quiebre y sufrió mucho para consolidar su ventaja. Levantó tres puntos de rotura antes de cerrar el 2-0 con un revés paralelo. Fue un momento clave. A partir de ahí todo fue más un poquitín más sencillo para la ganadora de dos Grand Slams. Con más o menos facilidad resolvió sus servicios. El saque fue el arma que más le ayudó, porque en los intercambios no logró dominar con claridad. Fue una constante agonía que por fortuna y, sobre todo, entereza propia, pudo resolver en dos parciales y, además, lo hizo en un maravilloso juego al resto. Volveremos a verla dentro de dos semanas en Miami.

Cuadro y resultados.