¿Qué le pasa a Andreescu? Se borra del Grampians Trophy
Bianca Andreescu, que lleva sin jugar un partido desde octubre de 2019, anunció su baja del tercer torneo WTA 500 de Melbourne. "Me centro en el Open de Australia", dice.
Bianca Andreescu decidió borrarse a última hora del Grampians Trophy, el tercer torneo WTA 500 que se creó para compensar a las jugadoras que quedaron confinadas al haber estado en contacto con un positivo por COVID-19 en alguno de los vuelos que llegaron a Melbourne desde Doha, Abu Dabi y Los Ángeles. Una decisión que sorprende y que ella justifica así: "Después de las últimas dos semanas en cuarentena, es estupendo estar finalmente de regreso en la pista. Después de discutirlo con mi equipo, hemos decidido centrarnos esta semana en entrenar para el Abierto de Australia y no dejar el Grampians". La canadiense de 20 años y número ocho del mundo estaba exenta de la primera ronda al ser la cabeza de serie número uno y se hubiera enfrentado en la segunda a su compatriota Leylah Fernandez o a Sloane Stephens. Pero, ¿qué le pasa a Bianca?
Andreescu maravilló en septiembre de 2019 cuando se impuso en la final del US Open a la gran Serena Williams. Había nacido una estrella de tan solo 19 años. Aunque el esfuerzo que tuvo que hacer para colocarse en el primer plano mundial del tenis femenino le pasó factura. En las WTA Finals de Shenzhen perdió dos partidos de la fase de grupos contra Pliskova y Halep y se retiró. Una lesión en la rodilla izquierda cortó su progresión de raíz, tuvo que renunciar al Open de Australia y la pandemia del coronavirus frustró la posibilidad de su regreso a las pistas. Porque cuando el circuito se reanudó, una dolencia esta vez en un pie le impidió regresar y no pudo ni defender su título en Nueva York ni aspirar al de Roland Garros.
Para colmo, su entrenador, Sylvain Brunneau, fue uno de los que dio positivo en los viajes tenísticos a Melbourne y Andreescu no pudo entrenarse durante los 14 días de duración de la cuarentena obligatoria. Según el técnico, a su pupila le costó un poco gestionar la dureza y la presión de los partidos y de verse tan pronto en posición de hacer grandes cosas.