Nadal: "No me interesa participar en este circo de hipocresía y radicalización"
Rafa Nadal concedió una extensa entrevista a la revista GQ para un número especial, en la que habla sobre deporte, pandemia, política, familia y futuro.
GQ, la revista icono de estilo de vida y cultura de Condé Nast, lanza su número más importante y esperado del año -su “September Issue”- protagonizado por Rafa Nadal, en una edición especial dedicada al cambio y el optimismo, como parte de la iniciativa global de todos los GQ del mundo bajo el lema “Change is Good”. El manifiesto firmado por todas las cabeceras de GQ declara la necesidad de ser mejores, más justos, comprometidos y empáticos. Nadal es el representante español de este compromiso y resiliencia, ya que el tenista nos ha enseñado durante casi dos décadas que es posible sobreponerse a las adversidades, convirtiéndose en un símbolo de lucha, tenacidad, humildad, trabajo y entrega.
“Ante todos los problemas que mi físico me ha ido provocando durante todos estos años, siempre he mantenido un pilar básico en las opciones de éxito que es la ilusión y la pasión por seguir adelante […] Sí que he tenido durante toda mi carrera muchísimos momentos de complicaciones físicas, muchísimos torneos jugando con dolor, muchos días de levantarme y no poder entrenar en condiciones. Pero al final todo consiste en poner las cosas encima de una balanza y a mí siempre me ha hecho feliz lo que hago. No soy una máquina, claro que tengo mis momentos bajos, claro que tengo mis momentos de desilusión, pero en el cómputo global siempre he mantenido esa ilusión que me ha hecho seguir adelante”.
Saber sobreponerse y adaptarse a la situación también han sido elementos clave en la carrera de Nadal: “Es verdad que mi carrera está siendo larga y regular, y estable. […] Creo que me he adaptado a entrenar de diferentes maneras. Antes entrenaba con muchísima intensidad, muchísima energía. Después mi físico no me lo ha permitido, he tenido que adaptarme a entrenar de otra manera, a potenciar aspectos de mi juego que quizás antes no tenía que potenciar tanto […] La determinación de querer algo, y querer significa buscar soluciones”.
El confinamiento y el parón deportivo
Nadal ha pasado los meses de reclusión en su casa de Manacor, junto a su familia. Entrenando, aprendiendo a comunicarse con sus fans a través de Instagram Live, viendo series y documentales y aprendiendo a cocinar un poco mejor ("Me gusta, y he ido probando cosas"). El parón le ha permitido dejar de viajar por todo el mundo y pasar más tiempo con los suyos, en un tiempo en el que el tenis ha sido la última de sus preocupaciones. “Todo lo deportivo pasa a un segundo plano cuando hay tantas personas sufriendo, tantas familias que han perdido seres queridos. La realidad es que a mí personalmente es algo que ni me preocupa, y lo digo con el corazón. Me da un poco igual si el parón deportivo ha sido bueno, malo o normal, durante todos estos meses he pensado muy poco en el tenis, creo que ha habido cosas mucho más importantes y suficientes desgracias como para pensar en algo que creo que no deja de ser secundario. Cuando las cosas estén bien, confío estar otra vez plenamente preparado para volver a la acción y seguir siendo competitivo".
Nadal y el compromiso
Por más que se lo haya ganado a pulso, el tenista es consciente de su privilegio, y el modo en que afronta esa situación es lo que hace de él un ídolo diferente. Su voluntad de ayudar surge de un impulso sincero y de la empatía, como evidencia el proceso que le llevó a colaborar con la Cruz Roja para hacer frente al Covid-19:
"Llevaba unas semanas hablando con mi equipo porque quería hacer algo, pero te lo digo de manera honesta, no sabía cómo. […] Siempre creo que nos hemos volcado en las tragedias que han ido sucediendo, pero en este caso era diferente. Lo digo con la mano en el corazón, no sabía por dónde empezar. Y la realidad es que me mandaron desde mi equipo el programa de Cruz Roja Responde […] Y al final lo que hice aquella noche fue llamar a Pau [Gasol], que estaba en la otra punta del mundo, y decirle que sería bonito montar algo, porque creo que era necesario y que era el momento de aportar algo desde el mundo del deporte. Pau enseguida me dijo que quería participar, que él también tenía la misma inquietud y tampoco sabía la manera de arrancar. Julen Lopetegui nos ayudó en el mundo del fútbol y fuimos contactando a diferentes deportistas. Al final se hizo una red importante de gente que aportó su granito de arena, no sólo apoyando el proyecto con su imagen, sino haciendo donaciones, y la verdad es que el proyecto Cruz Roja Responde llegó a recaudar más de 14 millones de euros"
Como parte de su compromiso, Nadal reivindica en la entrevista su condición de ciudadano, incluyendo su derecho a expresarse, como cuando manifestó su opinión sobre la gestión de una pandemia que, según asegura a GQ, le tuvo tocado durante muchas semanas. Algo que fue respondido con alguna crítica en las redes sociales:
“Yo es que soy de otra época, no he nacido con las redes sociales ni he crecido con ellas, vivo un poquito al margen de todo aquello, te prometo que no tengo la percepción de esa crítica. […] Estamos en un mundo en que las noticias negativas o los comentarios negativos siempre son noticia, y los positivos nunca lo son […] Yo me mantengo en lo que dije y lo volvería a decir, porque yo no dije nada que saliera de lo normal. Dije lo que yo sentía en aquel momento. Y por qué no voy a poder opinar yo de lo que me plazca siempre que sea con respeto. Soy un ciudadano español igual que cualquier otro, soy un deportista igual que otros son ingenieros o electricistas, y tengo el mismo derecho de expresar mi opinión que cualquier otro ciudadano. Después que mis declaraciones tengan un impacto o se quieran usar políticamente por un bando o por el otro, eso ya no depende de mí. Lo que sí te digo es que yo no voy a entrar en la radicalización que muchos pretenden implantar en esta sociedad, en la que se intenta hacer polémica con todo. Ha llegado un momento en que cualquier cosa que se diga es política, la bandera es política, el que uno diga que lo que han hecho está bien o está mal pues también es política, uno ya no puede opinar libremente lo que uno cree porque entonces estás hablando mal de un gobierno. Yo nunca hablé mal de un gobierno, expresé una opinión que creía en aquel momento y la verdad es que la expresé con el máximo respeto. Lo que pasa es que a día de hoy no se puede decir absolutamente nada, porque desgraciadamente nos están radicalizando. [...] A mí no me interesa participar en este circo de hipocresía y radicalización. Yo ante todo soy persona, no tengo ninguna necesidad de hacer política o querer beneficiar a unos o penalizar a otros con lo que yo diga [...]
Cuando hablo lo hago simplemente como ciudadano y con la humildad que me permite mi conocimiento, porque yo al final lo único que soy es un ciudadano más, no soy médico, soy un deportista que sigue la actualidad, y si me hacen una pregunta, pues qué quieres que te diga, ¿no la contesto? Pues no, tengo que dar una opinión, si no quedo como un tonto también [risas]”.
Nadal, el hombre de familia
GQ: ¿Tienes pensado regresar a la competición?
RN: “Me reservo ahora mismo mi veredicto, porque estoy a la expectativa de cómo evolucionan las cosas. Cuando llegue el momento, tomaré una decisión y lo haré después de hablar con mi familia y mi equipo, entre todos tomaremos la decisión que creamos que nos conviene más”.
GQ: ¿Qué cambios supusieron la salida de Toni Nadal en 2017 de la primera línea de tu equipo de entrenadores?
RN: “Toni deportivamente hablando es la persona más importante de mi vida sin ninguna duda, sin Toni yo de entrada no sería ni tenista. Fue él quien decidió que quería dar un paso al lado y centrarse más en la Academia, o estar más en casa. Nunca he tenido un problema con eso, con él siempre ha estado todo bien. Siempre he dicho que yo soy antes sobrino, familiar, que su pupilo. Él es mucho antes mi tío que mi entrenador”.
GQ: La familia es algo que es muy importante para ti, y hace poco te casaste. ¿Te ves como un padre de familia en el futuro?
RN: “Sí, si dios quiere, sí. Sí, soy una persona a la que le gustan los niños y mi educación siempre ha sido de esa manera, con lo cual me costaría entender la vida sin formar una familia”.
GQ: ¿Quizás cuando te retires y vivas más tranquilo?
RN: “No lo sé, son cosas que van entre mi pareja y yo [risas]. No se lo digo ni a mi padre ni a mi madre, con lo que no te lo voy a responder a ti [risas]”.
GQ: ¿Animarías a tus hijos a que siguieran una carrera como la tuya?
RN: “Ojalá, ya le iría bien a cualquiera de mis hijos, si es que tengo la suerte de que vengan, tener la carrera que he tenido yo, sin ninguna duda. […] Supongo que cuando vengan los hijos se dedicarán a lo que quieran, pero evidentemente claro que me gustaría que estuvieran involucrados en el deporte...”.
Nadal y el fútbol
GQ: Cuando eras muy joven tuviste que elegir entre el fútbol y el tenis. ¿Cambiarías un Roland Garros por una Champions jugando con el Real Madrid?
RN: “No, porque yo al final soy tenista. Es que yo no puedo… Me ha hecho muy feliz disfrutar de todas las Champions del Madrid como aficionado, ojalá hubiera podido disfrutarlas como jugador, pero es que he disfrutado de muchas otras cosas de las que no tengo queja alguna, soy muy feliz y me siento muy agradecido a la vida, soy un suertudo por todas las cosas que me han ido ocurriendo […] no puedo fantasear con muchas más cosas porque ya tengo mucho más de lo que hubiera soñado nunca”.
El futuro
GQ: ¿Cuántos años de juego crees que te quedan? ¿Hasta que el cuerpo y la mente aguanten?
RN: “Una cosa va unida a la otra", sentencia. "Todo tiene un principio y todo tiene un final, y yo no soy una de esas personas que le tienen miedo al final, creo que respeto sí, pero miedo no. Cuando llegue el final será el momento de aceptarlo y de seguir buscando motivaciones en la vida".
GQ: ¿Sería bonito para ti que el próximo Rafa Nadal saliera de tu Academia?
RN: “No hay próximo Rafa Nadal. Lo que habrá será otro que será igual o mejor, no se sabe, el futuro siempre depara cosas inciertas… […] Yo he ganado 12 Roland Garrós, y siempre tengo la certeza de que si lo he hecho yo, que me considero una persona normal, seguro que vendrá otro y lo igualará o lo superará. […] Y también vendrá alguien que superará a Novak, a Roger, a mí, vendrá alguien que nos superará, y esto es bueno y es parte de este mundo, es una evolución continua”.
GQ: Hablando de Roger, ¿crees que no se ha retirado aún porque teme que le puedas quitar el récord de Grand Slams?
RN: “No creo, yo creo que Roger no juega al tenis ni por mí ni por nadie, juega al tenis porque le gusta jugar al tenis, porque le apasiona este deporte y porque le divierte seguir jugando al tenis. Por este simple motivo, porque le gusta hacer lo que hace”.
GQ: En un momento tan complicado como el que estamos viviendo, ¿qué valores del deporte crees que se podrían aplicar a nuestro país?
RN: “Creo que tenemos que dejar que la gente trabaje, y tenemos que apoyar a la gente que quiere trabajar. Creo que lo que necesitamos es gente dispuesta a esforzarse, a estar despierta. Me refiero a gente que sea emprendedora […] Y creo que necesitamos como país potenciar y ayudar a esta gente que tiene ilusión para salir adelante […] porque al final la gente que es emprendedora también es la gente que genera muchos puestos de trabajo, que hacen falta en la situación que estamos. Por culpa de esta pandemia. Necesitamos gente valiente, gente comprometida y con capacidad de superación y de trabajo”.
Entrevista al completo en GQ Septiembre, a la venta el 25 de agosto