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MASTERS 1.000 CINCINNATI

Encierro en el hotel de Nueva York a la espera de los test

Pablo Carreño fue uno de los últimos tenistas nacionales en llegar a Nueva York para preparar Cinci­nnati y el US Open. No pudo salir de la habitación tras su llegada.

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Encierro en el hotel de Nueva York a la espera de los test
JC Ferrero Equelite

Pablo Carreño fue uno de los últimos tenistas nacionales en llegar a Nueva York para preparar el Masters 1.000 de Cinci­nnati (del 22 al 28 de agosto), que se traslada este año a la Gran Manzana, y el US Open (del 31 de agosto al 13 de septiembre). El gijonés viajó desde Madrid y aterrizó en el aeropuerto JFK sobre las 19:00 del martes, hora del Este (01:00 en España), fue trasladado al hotel de Long Island donde se hospedan la mayoría de los jugadores, a unos 40 minutos del Billie Jean King Tennis Center en el que se jugarán los dos torneos, y el miércoles aún no había podido dejar su habitación cuando AS contactó con él.

“Hasta que no me den el resultado del test no podré salir, en principio este jueves por la mañana me lo dan”, explicó Carreño sobre uno de los protocolos de la Federación de EE UU (USTA), que no permite moverse a los implicados en la burbuja montada en Nueva York hasta que acrediten estar libres de COVID-19.

Después, tampoco gozarán de mucha libertad. Deben cenar en el hotel, los traslados al complejo de Flushing Meadows se hacen en autobús con un máximo de dos acompañantes y cada día se rellena un cuestionario para descartar síntomas. Las mascarillas, por supuesto, son obligatorias por doquier. “A pesar de todo, los jugadores están satisfechos”, dijo el serbio Dusan Lajovic a SportKlub. Este jueves, desde las 17:00, arranca la fase previa con españoles. Aliona Bolsova y Paula Badosa estarán en la del cuadro femenino.