Nadal remonta con épica ante Medvedev y sigue vivo
Nadal remontó un 1-5 en el tercer set y pudo otra vez con Medvedev tras levantar una bola de partido. Se jugará el pase a las semifinales contra Tsitsipas el viernes
Rafa Nadal quiere arreglar como sea su mala relación con las ATP Finals. Por unas cosas o por otras, no llega nunca en las mejores condiciones a la última cita del año, desde esta temporada la penúltima antes de la Copa Davis. A Londres vino con una lesión abdominal y corto de entrenamientos, a una pista que no ayuda a coger ritmo ante rivales con buen saque. Sufrió ante Zverev, que le ganó bien el lunes, pero este martes revivió contra Medvedev, en la reedición de la maravillosa final del pasado US Open. Como aquel día, hubo alternativas y el balear protagonizó una remontada épica y afortunada. Levantó un 1-5 en el tercer set y tras superar un match ball, ganó en el desempate : 6-7 (3), 6-4 y 7-6 (4) en dos horas y 46 minutos. "De estos partidos se gana uno de cada mil", reconoció aún en la pista.
Las cuentas para él en el Masters están claras: se jugará el pase a semifinales contra Tsitsipas el viernes (15:00, #Vamos). Necesita ganar y que pierda Zverev. El uno ahora peligra menos. El mallorquín recupera la ventaja de 640 puntos y podría retenerlo si el jueves Federer gana a Djokovic o si el serbio no levanta el trofeo.
Pocos peros se le pueden poner al comportamiento de Nadal en el primer set, sobre todo al servicio. El de Manacor atacó, hizo incluso saque-red y fabricó golpes ganadores con una construcción inteligente de los puntos. Desde el revés cortado buscó el drive bajo de Medvedev, el punto débil del moscovita, poseedor de un backhand seguro y preciso. Pero al resto, salvo en el cuarto juego, no encontró la forma de hacer daño a su rival. Seguía sin llegar su primera opción de quiebre en el torneo. Sí la tuvo Daniil, aunque se le escapó y ya nadie pudo evitar el desempate. En esa suerte, no estuvo acertado el español, que perdonó un golpe franco con toda la pista libre que no le corrió al darle demasiado efecto. Medvedev conectó un par de aces e impidió la remontada.
Al inicio de la segunda manga, por fin llegó el primer punto de rotura de Nadal, después de tres sets sin oler ni uno, y el consiguiente break para arrancar con un 2-0. Rafa aguantó bien en sus turnos de servicio y atacó en el décimo juego, en el que tuvo un 15-40 y rascó otro quiebre al aprovechar una ventaja para asegurar el parcial y encarar el tercero con la cabeza alta. Había cerrado la igualada con sólo tres errores no forzados para un total de nueve a esas alturas (acabó con 27).
La victoria para Nadal era una cuestión de resistencia y Medvedev la puso a prueba con una rotura en el inicio del tercer set. Trató de recuperar enseguida el líder del ranking, pero desperdició un 30-40 y el ruso le dio otra estocada con dos intercambios que dominó con brillantez para ponerse con 3-0 y saque. Cuesta arriba, Nadal no se rindió. Evito la amenaza de un rosco, luego de un 6-1 tras levantar un punto de partido y después rompió dos veces el saque de su oponente para ponerse con 5-5 y hacer soñar a un público entregado, muy a pesar de Daniil que se lo recriminó levantando el pulgar repetidas veces y con una mueca de desaprobación. Nadal consolidó el break y resto para ganar. Increíble. Colocó un 0-30, Medvedev lo levantó y el drama se decidió en otro desempate. El balear lo jugó con maestría, tirando bolas con peso y poca altura, con ese drive que envuelve tan bien aunque ahora sea algo timorato por aquella inflamación en la mano que le molestó en la Laver Cup. Luego llegó el error de bulto del ruso en una derecha a mitad de pista que tenía ganada. Después, con suspense, el ojo de halcón certificó la victoria del español, que ahora tiene ritmo y tiempo para seguir mejorando. El León rugió de nuevo.