Reto pendiente en París
Rafa Nadal arranca este miércoles (19:30, Movistar Deportes) contra Mannarino en un torneo que se le resiste, como Miami, Shanghái y el Masters.
Rafa Nadal vuelve este miércoles (19:30 horas, Movistar Deportes) a escena 52 días después de conquistar su 19º Grand Slam en el US Open. Lo hará frente al francés Adrian Mannarino, de 31 años y 43º del mundo, con quien sólo se ha medido una vez, en Pekín 2016, con victoria en dos sets. El balear, desde su éxito en el grande de Nueva York, sólo disputó un partido en la Laver Cup (competición no oficial), donde evitó salir a pista el último día por una inflamación en la muñeca izquierda. Entre medias, luna de miel anticipada en Bahamas antes de casarse el 19 de octubre en Mallorca con Mery Perelló.
Se presenta Nadal, según confirma su técnico Carlos Moyá, bien de físico y fresco de mente en el Masters 1.000 de París-Bercy. El Omnisport es uno de los pocos escenarios que se le resisten. La condición de pista rápida, indoor y final de temporada ha sido letal siempre para él. Sus rodillas llegaban machacadas a este tramo del año. Por eso, sólo ha podido competir en seis ocasiones con un balance de 16-5 y una única final, la ya lejana de 2007 que perdió frente a David Nalbandián. En dos ediciones tuvo que retirarse. En pista rápida bajo techo, Nadal tiene su peor balance en cualquier superficie, con un 68% de victorias. Y sólo contabiliza un título, el de Madrid 2005, en dura indoor.
“Esa es la realidad, y esconderla sería engañar a la gente y a uno mismo. Además de ser en una superficie complicada, es al que he llegado muchas veces sin poder estar en condiciones de terminarlo. No se me ha dado bien por diferentes situaciones, pero no es que tenga malas sensaciones”, reconoce el tenista.
Ganar en París-Bercy es uno de los pocos retos que le quedan al español, que tampoco ha podido levantar los trofeos de otros dos Masters 1.000, Miami y Shanghái, ni ha sido campeón del Masters. Este último (desde el 10 de noviembre), es uno de sus objetivos de 2019. Un triunfo en la final del domingo le aseguraría, además, acabar el año como número uno, una posición que arrebatará el lunes a Novak Djokovic (juega hacia las 17:30 contra Corentin Moutet) pase lo que pase.