'La Roca' Medvedev no para: sexta final consecutiva del año
El ruso hizo gala de su fortaleza mental en los momentos clave para doblegar a un gran Tsitsipas: 7-6 y 7-5. Se medirá en la final a Berrettini o Zverev.
Empiezan a agotarse los calificativos para describir la temporada de Daniil Medvedev. El tenista ruso ya es élite del tenis y garantiza espectáculo en cada torneo. No fue una excepción el Masters 1.000 de Shanghái, donde 'La Roca' rusa alcanzó la final tras superar a Stefanos Tsitsipas por 7-6 y 6-4. Pese al alto nivel de juego del griego, Medvedev mostró una vez más la solidez que le caracteriza para lograr el billete a su sexta final consecutiva del año: Washington, Montreal, Cincinnati, Us Open, San Petesburgo y ahora Shanghái.
En esta secuencia casi perfecta, el ruso consiguió derribar varios muros: primera final de Grand Slam, primera de Masters 1.000, primer título de Masters... No obstante, su rendimiento únicamente se tradujo en dos títulos: Cincinnati y San Petesburgo. El próximo domingo, en la que será su tercera final de Masters consecutiva tras Montreal y el mencionado Cincinnati, Medvedev tendrá la oportunidad de ampliar su palmarés ante Berrettini o Zverev, quienes se juegan la clasificación en la segunda semifinal. Por si su estado de forma fuese poco para darle como favorito en la final, sus números le dan todavía más la razón: líder en victorias de 2019 con 55 (las últimas 8 de forma consecutiva) y más de un mes sin perder un partido (desde la final del US Open ante Nadal).
Ante Tsitsipas, el ruso mandó un mensaje de cara a la final de que sus grandes virtudes siguen intactas: mentalidad, físico, constancia y, por supuesto, un gran servicio. En un primer parcial muy igualado, Medvedev dio el tirón necesario en el tie-break para cerrar el set. En el segundo, Tsitsipas encajó un break a las primeras de cambio que parecía definitivo. Con 5-4 y saque, Medvedev bajó el nivel y el de Atenas se aferró a sus opciones para igualar la contienda. Pero fue un espejismo. 'La Roca' devolvió inmediatamente la rotura y volvió a montar su 'show' particular alentando al público desde la pista a que le animara. A la segunda oportunidad de cerrar el encuentro con el servicio no perdonó y sacó de quicio a Tsitsipas sin despeinarse. No hay quien pare a Medvedev.