Djokovic, en la final a un triunfo de ganar los 9 Masters 1.000
El serbio venció en tres sets a Cilic e intentará levantar, contra Federer, el único título de las series que le falta y en donde ha perdido cinco finales.
A tirones, con el cansancio acumulado de jugar cuatro partidos seguidos de tres sets, malencarado, protestón y pagando su frustración con las raquetas. Así ha alcanzado Novak Djokovic la final en Cincinnati, con esa idiosincrasia que le convierte en un rival temible y peligroso, que a poco que alcance un mejor tono físico puede ser de nuevo insuperable, como hace un par de años. Ganó en Wimbledon su 13º Grand Slam y en el estado de Ohio puede alzar su 31º Masters 1.000, en una plaza maldita para él, donde jugará por sexta vez una final que nunca ha podido ganar. Lleva 45 en esta clase de torneos que se instauraron en 1990. Si vence este domingo a Federer (clasificado para la final por la retirada de David Goffin), se convertirá en el primer tenista que gana al menos una vez los nueve (Indian Wells, Miami, Montecarlo, Madrid, Roma, Canadá, Cincinnati, Shanghai y París).
Ante Cilic le tocó remar a contracorriente como le pasó contra Mannarino, Dimitrov y Raonic, pero tiró de clase y calidad para vencer por 6-4, 3-6 y 6-3 en dos horas y 32 minutos. Una duración que puede pasarle factura en la final. El serbio regaló momentos de buen tenis, aunque sufrió mucho para sacar adelante sus servicios. Tuvo 12 bolas de break en contra y salvó 9. Cilic le apretó con sus saques y un juego agresivo que no siempre derrocha el croata.
El primer set lo regaló Cilic facilitando la rotura de Djokovic en el tercer juego. Este aguantó para tomar ventaja, pero el esfuerzo físico y mental le pasó factura en una segunda manga en la que llegó a estar con un 5-1 en contra muy difícil de remontar. Lo intentó sin éxito y al menos se reservó la posibilidad de empezar el parcial definitivo con su servicio. Nole quebró para el 3-1, pero su rival le devolvió la moneda su de inmediato. The Djoker buscaba su oportunidad y la encontró en el momento idóneo, para ponerse con 5-3 y saque. Lo hizo con un passing de derechas de fuera a dentro, a lo Nadal. Después abrochó el triunfo sin dificultad. Vuelve a ser grande, aunque esto creo que ya lo he dicho.