Djokovic se enfurece: a octavos de un Grand Slam por 44ª vez

Novak Djokovic se ha agrandado de nuevo este sábado en Wimbledon. El serbio tiró de raza y de orgullo para dejar al torneo sin británicos tras ganar en cuatro sets al prometedor Kyle Edmund: 4-6, 6-3, 6-2 y 6-4. Además, hizo historia al convertirse en el segundo jugador que más veces llega a octavos de final de un Grand Slam en la Era Open (desde 1968). Nole suma 44, una más que Jimmy Connors (43), aunque por delante, prácticamente inalcanzable, tiene al gran Roger Federer.

Logros aparte, lo verdaderamente importante para Djokovic es que ha demostrado que es capaz de competir de nuevo al máximo nivel contra jugadores importantes como Edmund, semifinalista este año en Australia. Y que aún tiene genio y arrestos para sobreponerse a un mal comienzo y remontar un partido que se le había puesto cuesta arriba tras ceder el primer set.

Djokovic discutió con el juez de silla, se enfadó consigo mismo y con el empedrado, reclamó varias veces el ojo de halcón, gritó con cara de loco... se comportó como antaño, con todas las argucias que le hacían insoportable para los rivales dentro de la pista, pero también invencible. Su ataque fue notable (41 golpes ganadores, 18 de ellos de saque directo) y volvió a colocar bien sus envíos (15 errores no forzados, la mitad que su rival, que hizo 32). Así ganó el 89% de los puntos con primeros servicios. Cerró la victoria con un último ace dudoso, pero que fue válido. Y con cara de sorpresa, lo celebró con extraña serenidad. Ahora le espera otro buen reto, el ruso Karen Khachanov, muy fino en Wimbledon.