Djokovic recupera el mal genio para contener a Bautista

Novak Djokovic ha sobrevivido este viernes para ver un nuevo día en Roland Garros, donde jugará contra Fernando Verdasco en los octavos de final tras vencer con apuros a otro español, Roberto Bautista. El serbio tuvo que recuperar su legendario mal genio para superar el escollo y ganar por 6-4, 6-7 (6), 7-6 (4) y 6-2. Entre otras cosas, hizo algo que hace mucho que no se le veía hacer. Tras regalar un punto con una volea cerca de la red que se le escapó al tocar en la cinta, estampó tres veces la raqueta contra el suelo hasta dejarla destrozada. Fue justo en el momento en el que se complicó la vida en el segundo set, que termino apuntándose Bautista. Después, en el último parcial, también chillo de rabia al fallar un revés.

Sus ojos, a menudo inyectados en sangre, y la mirada perdida recordaron al Djokovic campeonísimo que lo ganó todo y que fue número uno, en lucha con el Djokovic que quiere ser ahora, más tranquilo y pausado, con amor y aceptación, amante esposo y padre, como le ha enseñado su guía espiritual, el riojano Pepe Imaz. Esa personalidad la recuperó al final del partido, cuando aliviado al haber dejado atrás sus tribulaciones, volvió a esbozar una sonrisa y compartir su corazón con el público, al gesto que ya ha hecho suyo desde hace tiempo con el que lo lanza simbólicamente a los espectadores.

Antes de esa paz, la tempestad estuvo a punto de llegar, la deportiva cuando Bautista se puso con un break arriba en el tercer set, y la meteorológica con los nubarrones que esparcieron unas gotas de lluvia que no fueron a mayores. Nole se rehízo ante Bautista, motivado y tocado moralmente a partes iguales por el reciente fallecimiento de su madre. El de Castellón estuvo bravo, hizo lo que pudo, pero le falto resistencia en el último parcial, donde Djokovic ya se desató.

"No estoy orgulloso de romper la raqueta"

"Estoy un poco cansado, pero muy contento de ganar a un especialista en tierra como Bautista. Ha tenido mucha, mucha paciencia (risas), he aprendido de él. Las condiciones han sido difíciles, con sol, luego lluvia y viento, pero también han hecho que el partido haya sido especial", dijo el balcánico, que no tuvo explicación para su arranque de furia: "No estoy orgulloso de haberlo hecho, sinceramente. No me gusta hacer eso. A veces, las emociones te sacan lo peor de ti, o a veces lo mejor. Hay situaciones en las que gritar o lanzar la raqueta te puede ayudar a desembarazarte de la presión o puede no ayudarte en en nada. Es difícil saber cómo proceder".