Carreño roza la hazaña, pero Thiem le deja sin semifinal

El cuento de hadas estuvo cerca, pero no pudo ser. En su debut en el Masters, Pablo Carreño —15º español que lo juega—, rozó la victoria contra Dominic Thiem, pero todo su arrojo no fue suficiente para superar a un tenista más rodado, que al verse al borde de la eliminación tiró de clase para continuar vivo: 6-3, 3-6 y 6-4 en dos horas y seis minutos. Carreño, que sustituía al lesionado Rafa Nadal en la segunda jornada del Grupo Sampras, respondió mucho mejor de lo que algunos auguraban, dio una imagen más que diga teniendo en cuenta que como primer reserva del torneo tuvo que mentalizarse en muy poco tiempo y salir a jugar en una competición que reúne a los mejores del año. Desgraciadamente se queda sin opciones de pasar a las semifinales y el puesto vacante (Dimitrov ya está clasificado como primero de grupo) será para el propio Thiem o para Goffin, que se lo jugarán en duelo directo el viernes.

Carreño empezó un poco asustado, abrumado quizás por otra pista tan inmensa como la del US Open, pero llena, cubierta y oscura. Lo que nadie puede negarle es que se jugó con mucho riesgo cada golpe. El problema es que en ocasiones le faltó la precisión que sí tuvo, sobre todo en el primer set, Thiem. Al austriaco las bolas siempre le iban a la línea, sobre todo con ese revés plano suyo tan violento y efectivo. La diferencia, 14-7 en errores no forzados. Así rompió el saque del asturiano en el quinto juego y cerró el parcial con otro break en el noveno.

Libre ya de nervios y de presión, Carreño empezó a soltarse. Fue valiente y dio un paso adelante con los restos. Tras devolver un remate del austriaco y acabar ganando el punto con su servicio, el discípulo de Samuel López se vino arriba y en el siguiente juego levantó un 40-0 y se lo apunto. Con 3-1 a favor, salvó tres bolas de rotura y aguantó hasta el final para terminar quebrando el saque de Thiem con tres restos ganadores sobre segundos. Así y dándole la vuelta a la cuenta de fallos (8-14) igualó el partido, con mucho coraje.

Faltaba rematar la proeza, pero su rival se adelantó al resto en el tercer set y la victoria se puso muy cara. Sin nada que perder, Carreño no se amedrentó y esperó su momento. Con otro resto sublime y atrayendo a la red a Thiem con una dejada inteligente, empató. Para entonces ya tenía al público metido en el bolsillo por su bravura. En el siguiente turno superó otras cuatro bolas de break y se puso por delante. Thiem insistía con reveses cortados, al estilo Federer, para hacer que Carreño (1,88) sufriera, pero no le doblegó. El décimo del ranking respondía con más dejadas, sabedor de que físicamente marchaba mejor. Pero cuando parecía también anímicamente superior, perdió de nuevo su saque, esta vez para el 5-4 en contra y servicio del austriaco, quien pese a la presión y a un 15-30 no se arrugó.