Ramos no consigue cansar a Djokovic y Serbia se adelanta

Novak Djokovic se apuntó a los cuartos de final de la Copa Davis para encontrar un reconstituyente ante su gente, porque la temporada no rueda como quisiera. Lo encontró en su primer partido frente a Albert Ramos, al que derrotó por 6-3, 6-4 y 6-2 en 1h:55. Ya en el sorteo, el serbio había rodeado al barcelonés con su brazo sobre los hombros mientras le dirigía una mirada ladina. De zorro. "Estás en mi terreno", parecía avisarle.

La vetusta Sala Pionir, donde Djokovic recordaba haber distrutado "de unos partidos de baloncesto memorables" de su Partizán, casi llenó sus 5.800 localidades al reclamo del ídolo. No era ese ambiente espeso y brutal del básquet, pero rugió la grada con el "¡Nole, Nole!" y él se lo agradeció con una victoria sin ceder un set. Con pocas contemplaciones.

Sin rastro de la lesión en el codo derecho que le apeó de Miami, el número dos del mundo fue agresivo (26 ganadores y 28 errores no forzados por los 11/37 del español) en una pista en la que la bola casi no bota, amortiguada por el parqué de la cancha de debajo.

Ramos, 24 del mundo y uno de los que dio el paso adelante en vez de secundar la espantada, no había conseguido hacerle un set al serbio en sus dos enfrentamientos previos. En Belgrado tenía la misión, de al menos, cansarle. Hacerle duro el partido. Pero no hubo lugar. No jugó mal, pero se notó la diferencia entre un top y un tenista de la clase media, aunque esté en su mejor momento. Ramos sólo dispuso de una oportunidad de break en la tercera manga con 3-2, pero el serbio deshizo el único momento realmente complicado por el que pasó y rompió para llevarse el primer punto. "¡Idemo!" ("¡Vamos!") se animó. Suma ya 12 victorias seguidas en Davis.