Nadal contra Dimitrov: un clon de Federer antes de la final
El español, que no pelea por un 'grande' desde Roland Garros 2014, se enfrenta este viernes en semifinales al búlgaro, número 15 del mundo.
Rafa Nadal quizá esperaba encontrarse en la semifinal de este viernes (09:30, Eurosport y DMAX) a Novak Djokovic. Pero el número dos del mundo y seis veces campeón en Melbourne no pasó de la segunda ronda. Su teórico lugar lo ocupa Grigor Dimitrov. Otro ejemplo de resurrección, pero no por problemas físicos como en el caso del español y de Roger Federer que desde el puesto 17º y tras seis meses KO disputará el título, sino por una crisis de confianza. El búlgaro continuamente defraudaba las expectativas puestas en él desde que fue número uno júnior, alcanzó las semifinales de Wimbledon 2014 y se colocó octavo del mundo. Ahora, con 25 años, es 15º pero llegó a caer al 40 en julio pasado.
"Esto no ha acabado", avisó Dimitrov, ex novio de Maria Sharapova, tras derrotar a Goffin. Llega con una racha de 10-0 después de adjudicarse Brisbane con victorias sobre tres top-ten (Thiem, Raonic y Nishikori) y se ha centrado al lado del técnico venezolano Daniel Vallverdú, que dirigió a Andy Murray y Tomas Berdych. "Me he marcado unas metas altas y quiero ser cada vez mejor", apunta.
"Ha comenzado el año jugando a un nivel altísimo y es candidato a luchar por todo porque está en claro ascenso. Será top-10 en breve y peleará por las primeras posiciones del ránking", avisa Nadal sobre él. El de Manacor, que domina por 7-1 el cara a cara, martilleará el revés a una mano del de Haskovo, enviándole bolas altas. Es la estrategia que le ha dado resultado con Sir Roger, y al búlgaro se le bautizó en sus inicios como Baby Federer por el increíble parecido de su juego con el del suizo.
Moyá: "Rafa debe ser agresivo"
Carlos Moyá cree que el éxito de Nadal no pasa sólo por atacar el revés. "Debe ser agresivo, ir variando, imprimir un ritmo alto de bola. Incomodarle porque si controla el partido, Dimitrov es muy difícil de ganar", apuntó a Efe en Melbourne. Un clon crecido de Federer separa a Nadal de alcanzar una final de Grand Slam que se resiste desde hace dos años y medio, Roland Garros 2014. Y de disputar otro clásico contra Federer, que no se da en el partido decisivo de un 'grande' desde Roland Garros 2011.