Muguruza: blindaje físico y músculo para volver a volar
Tras los vaivenes de 2016, 'limpió' sus tobillos, reforzó la estabilidad y trabajó el tren superior. "Nos centramos en mis partes débiles". Debuta el lunes.Nadal - Berdych en directo: Open de Australia 2019 en vivo
Garbiñe Muguruza mira estos días las fotos que las agencias rebotaron de su debut en Brisbane y sonríe. Constata junto a miembros de su equipo que los músculos en tensión se marcan en su espigado cuerpo (1,82 m, más de 70 kg y un 43 de pie). Se ve más fuerte. Está más fuerte. Ni de lejos llega al nivel rocoso de Serena Williams, Angelique Kerber, Simona Halep o Dominika Cibulkova. Pero es señal de que el objetivo que se marcó en la pretemporada que realizó en California se ha conseguido: blindar su físico.
“Garbiñe es muy precavida, porque en la adolescencia se lesionaba mucho”, explica una persona de su entorno. Por eso, por precaución, se retiró en las semifinales del torneo oceánico frente a Cornet cuando sintió un pinchazo en el aductor de su pierna derecha. Las sesiones de recuperación con Alicia Cebrián, la fisioterapeuta que incorporó a su equipo en el pasado Roland Garros para viajar todas las semanas, han surtido efecto. Y lo han reducido a molestias. Estará lista para debutar en la madrugada del domingo al lunes (01:00, Eurosport) contra la neozelandesa Marina Erakovic (109ª, 1-0).
En 2015 Muguruza llegó a la final de Wimbledon y en junio pasado ganó, con 22 años, Roland Garros, su primer Grand Slam. Pero luego el año se torció, entre molestias, una presión que la aplastó y vaivenes emocionales, entró en las WTA Finals apurada.
¿Qué había que mejorar? El físico. Y por eso desdeñó actos promocionales en diciembre para aislarse con su técnico Sam Sumyk y su preparador físico, también francés, Laurent Lafitte. “Nos concentramos mucho en las partes débiles de mi cuerpo para no caer lesionada y estar preparada”, confirmó ayer.
“Es muy importante que se sienta fuerte, y no lo estaba. Eso, mentalmente, te ayuda a pelear”, incide su entrenador. Para ello, primero pasó por el quirófano para limpiar las calcificaciones que le provocaban molestias en sus finos tobillos. Y aprovechó, ya que no podía realizar trabajo en pista, para trabajar con pesas y ganar potencia en el tren superior. Sus saques deben ser más letales. Con los tobillos ya en orden, se dedicaron a potenciar la movilidad lateral. Sus rivales habían detectado que abriendo la pista y llevándola de lado a lado, con la inseguridad que arrastraba en los apoyos, era presa más fácil.
"Mi aductor se encuentra bien. Es una lesión que se ha alargado un poco más de lo esperado. Por suerte he tenido tiempo para recuperarme. De hecho todavía sigo recuperándome aquí en Melbourne así que espero que no me moleste para nada. Australia me encanta. El Australian Open es para muchos jugadores el torneo favorito porque es enorme, el tiempo es espectacular, es todo el verano de tenis y siempre tienen cosas nuevas. Así que me alegra mucho poder volver a estar aquí" ha comentado la tenista en las últimas horas.
Muguruza ha llegado a Melbourne más centrada. “Su temperamento es el que es y le hace también ser quien es, pero se ha dado cuenta de que tiene que tranquilizarse”, explican en su equipo. “Quiero mantener el nivel que conseguí en Roland Garros”, expresa ella. Ese que le disparó a lo más alto. Parece lista.