Argentina y Del Potro, contra la maldición en la Copa Davis
Este viernes arranca la final en Zagreb, donde los argentinos buscan su primera Ensaladera. Cilic-Delbonis y Karlovic-Del Potro, primeros duelos.
Pocos países viven con tanta pasión el tenis y la Copa Davis como Argentina. Y a pocos se les resiste como a ellos tocar la Ensaladera. Tras cuatro finales perdidas (1981, 2006, 2008 y 2011), seis Grand Slams, nombres brillantes como Guillermo Vilas, José Luis Clerc, Guillermo Coria, David Nalbandián o Gastón Gaudio y éxitos en fútbol, baloncesto o Fórmula 1, todo el país siente que hay una asignatura pendiente.
Y para aprobarla se encomienda desde hoy, en la caldera del Arena de Zagreb frente a 14.000 almas y con Diego Armando Maradona en la grada, a Juan Martín del Potro. Su héroe renacido. El hombre que subió al cielo ganando el US Open en 2009 y visitó el infierno con varias operaciones en su muñeca derecha y que este año ha revivido. Con su medalla de plata en Río derrotando a Djokovic y Nadal. Y escalando 1.000 puestos en el ránking (ahora es 38º).
“Sabemos la expectativa que hay, la ansiedad que existe. Yo no quiero ni mirar la Copa. Falta la final, estamos cerca pero a la vez muy lejos. Y Croacia es favorita para vencer”, templa el ánimo el de Tandil, que jugará hoy el segundo partido de la serie contra el cañonero Ivo Karlovic (2,11 m). Antes, Marin Cilic (6º del mundo) intentará quitar presión a los suyos con una victoria frente a Fede Delbonis (41º). Croacia ya fue campeona en 2005 con Ljubicic, Ancic, Karlovic e Ivanisevic.
Por fin, Argentina parece haber encontrado paz en sus filas, siempre convulsas, y con el capitán Daniel Orsanic al frente, ha firmado una trayectoria increíble. Contra todos los pronósticos. Han tumbado a Polonia, Italia y Gran Bretaña jugando fuera. Del Potro se cobró la revancha de la final olímpica en Río derrotando al ahora número uno Andy Murray. Los astros y la cábala parecen sonreírles.
“Esta Copa es importante para Argentina, pero todos la queremos y soñamos con ella”, responde Cilic. La pasión está asegurada en Zagreb.