TENIS | SIDNEY

El serbio Troicki y el búlgaro Dimitrov, en la final en Sidney

En el cuadro femenino, la rusa Svetlana Kuznetsova ha logrado su decimosexto título tras arrollar a la portorriqueña Mónica Puig por un claro 6-0, 6-2 en la final.

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El serbio Troicki y el búlgaro Dimitrov, en la final en Sidney
DAN HIMBRECHTS

El tenista serbio Viktor Troicki y el búlgaro Grigor Dimitrov serán los protagonistas de la gran final del torneo de Sidney, puntuable para la ATP, después de superar una maratoniana jornada con las rondas de cuartos y semifinales por culpa de la lluvia.

Troicki, verdugo de Tommy Robredo, fue de los dos finalistas el que más trabajo acumuló después de tener que remontar tanto en cuartos ante el sacador francés Nicolas Mahut (4-6, 6-3, 6-3) como en semifinales ante el ruso Teymuraz Gabashvili, más descansado tras aprovechar el abandono del australiano Bernard Tomic y que cayó por 3-6, 6-4, 6-4.

Por su parte, Dimitrov tuvo una bonita pelea contra otro rival de talento en cuartos como el ucraniano Alexandr Dolgopolov, al que batió en tres sets y con remontada (4-6, 6-3, 6-4), mientras que lo tuvo más sencillo para llegar a la final al ganar en dos al luxemburgués Gilles Muller (6-2, 7-6).

Kuznetsova domina la final femenina

La veterana tenista rusa Svetlana Kuznetsova ha lorgado este viernes el decimosexto título de su carrera tras arrollar en la final del torneo de Sidney (Australia), puntuable para la WTA, a la portorriqueña Mónica Puig por un claro 6-0, 6-2.

Kuznetsova había dado la sorpresa horas antes en las semifinales al derrotar a la primera favorita y número dos del mundo, la rumana Simona Halep, al batirla por 7-6(5), 4-6, 6-3, y confirmó su buen torneo ante la centroamericana, que llegaba más descansada en teoría tras el abandono de su rival, la suiza Belinda Bencic, en cuartos.

Sin embargo, la rusa impuso su experiencia ante una rival que afrontaba por su parte la segunda final de su carrera tras la exitosa de Estrasburgo (Francia) en 2014. En menos de una hora, Kuznetosva derrotó a una Puig desbordada tras perder los nueve primeros juegos del partido.