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WTA FINALS EN SINGAPUR

Muguruza: "No me veo lejos del número uno del mundo"

Garbiñe Muguruza arranca mañana su primera participación en las WTA Finals ante Safarova. Antes, recibió a AS en el Marina Bay Sands.

Singapur
Garbiñe Muguruza.
Clive BrunskillGetty Images

—¿Cómo encara este torneo de ‘maestras’ justo después de sus recientes éxitos en Wuhan y Pekín… y también muy poco después de sus problemas en el tobillo?
—Mejor sería imposible. Llego fenomenal y creo que con todas las situaciones bajo control. Un poco nerviosa también, claro. Es un torneo prestigioso: que da prestigio con solo participar. Aunque es mi primera participación en este torneo, y también hay que pensar en que una novata… no puede ser favorita. No debería serlo.

—Haga una síntesis de los puntos de inflexión de la temporada y, si es posible, condense ese tramo esencial entre la final de Wimbledon ante Serena Williams y los éxitos de los torneos asiáticos.
—He vivido de todo un poco. Vino un pico muy alto, que fue en Wimbledon obviamente y… cuando hay picos, siempre hay un barranco donde puedes caer. Después de Wimbledon se crearon expectativas que costó gestionar, que no se pudieron gestionar en los tres grandes torneos de EE UU. Determiné entonces que en Japón y China no iba a pasar lo mismo y que tenía que involucrarme al máximo para controlar la situación y que no volviera a pasar lo de los torneos americanos.

—Se llega aquí a Singapur y, de repente, un sorteo insólito: tres zurdas en la ruta del Grupo Blanco: Safarova, Kvitova y Kerber.
—Extraño. Una locura con eso de las tres rivales zurdas. Con cada una de ellas va a ser un partido mortal. Pero yo no tengo problema. Me llama la atención lo de que sean tres zurdas contra una sola diestra, no sé si eso se habrá visto alguna vez. Por lo demás, todo es cuestión de acostumbrarse al juego de cada uno. Con Kvitova no he jugado, con Safarova he perdido en Roland Garros, y ahora ya vengo ganando a Kerber. Cuestión de tiempo y de irles cogiendo el truquillo.

—Sea sincera, Garbiñe: ¿Ve el número uno a su alcance, cuarta del mundo, a un punto de la tercera y con Serena Williams rumbo a los 35 años?
—Como mínimo, lejos no está, ¿no? Tampoco hay tantos puestos hasta llegar ahí. Mal me iría si no me lo creyera, si no lo viera… si no pensara que puedo llegar ahí. Ojalá lo pueda conseguir.

—De las que tiene por delante, todavía no ha ganado a Sharapova: que, probablemente, por estilo y pegada, fue uno de sus modelos a seguir…

—(Ríe)… Sharapova tiene más experiencia. No es cuestión de plantear ahora una rivalidad. Todo llegará en su momento, como ha ido llegando. Como ya he estado más tiempo jugando en grandes torneos contra rivales tops, ahí han llegado los resultados. Antes me iba a la caja contra esas tops. Ahora ya se ve que voy encontrándoles el truco. 

—Va a seguir el año próximo con Sam Sumyk, se va a ir a entrenarse con él a EE UU, en Los Ángeles…
—Ha ido bien con él, ¿no? El suyo es un trabajo muy profesional. Por momentos parece que impone, pero lo que desprende es profesionalidad y experiencia. Una experiencia que, además, Sam ha ido viviendo en sus carnes. Creo que es lo que necesito en estos momentos.

—Lleva aquí en Singapur un bonito traje de gala de Stella McCartney. ¿Especial para Garbiñe Muguruza?
—Sí que es de la línea de Stella McCartney... pero no es especial para Garbiñe Muguruza. Todavía no.