La versión exprés de Federer llega al test de Wawrinka

Nueva York, ciudad de película, suspira porque se cumplan este año dos guionazos: el Grand Slam de Serena y el triunfo de Roger Federer, que le consagraría como tenista más veterano en ganar el US Open, con 34 años. El suizo se aplica a ello con su versión exprés. Llega a las semifinales de este viernes, frente a su compatriota Stanislas Wawrinka, sin perder un solo set en el torneo.

Su versión arrolladora se perfeccionó frente a Richard Gasquet (12º de la ATP), al que arrolló por 6-3, 6-3 y 6-1 en 1h:27 sin despeinarse, con un tenis relampagueante. Los números lo refrendan: 17 saques directos, 23/28 en subidas a la red, 50 winners. “Un partido así me va a ayudar física y mentalmente a ahorrar energía”, cuenta el de Basilea, que no juega la final en Nueva York desde 2009 ni gana un ‘grande’ –acumula 17, el récord- desde Wimbledon 2012.

Pero Federer, que congrega en las gradas al ‘todo Nueva York’, tendrá enfrente al hombre con el que levantó la Copa Davis por primera vez en noviembre pasado y que ha llegado a la élite para quedarse. El campeón de Roland Garros también arrolló a Kevin Anderson (6-4, 6-4 y 6-0) y sólo ha perdido una manga en Flushing Meadows, aunque tuvo que disputar 5 muertes súbitas. El cara a cara favorece al maestro con 16-3, pero el último enfrentamiento en París fue para el de Lausana. “Sé que la gente le adora”, reconoce Stan The Man, que llega dispuesto a voltear pronósticos otra vez.

Por el otro lado, Novak Djokovic se pondrá frente al cañón de Marin Cilic. Es la versión crispada del serbio, al que se la ha visto estrellar raquetas y con tramos incómodos. El croata nunca le ha ganado (0-13) y en Nueva York ha disputado dos batallas a cinco sets. Su aval son 111 aces, la alegría recuperada después de una lesión de hombro que quebró el primer tercio de campaña y la seguridad al resto (el mejor del torneo). Nole también lleva paliza: ha recorrido 36 km en pista. La película está en marcha. Faltan los protagonistas de la final.